Colaterales/Collateral

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Colaterales/Collateral Page 2

by Dinapiera Di Donato


  las ojeras que dan el trabajo mayor

  ojeras de pigmentos puestos a serenar

  excrementos azulados de los ángeles

  sassi, cordera, murmura el santo, sassi

  para el corte del rostro preciso se busca al más grande desollador

  amaso candor demasiado pasado y el santo escupe el ilirio

  de su lengua madre

  silbido que atiendes como un juego de escorpiones

  Se esconde la muchacha en el costado

  y detona la manada

  EN UN CAMPO DE AZAFRÁN AMAN SUS TUBÉRCULOS CON ESE AMOR LILA QUE BAILA EN LAS CESTAS

  No era alquilada la muchacha

  No era de la falange de las puertas místicas

  No era custodia ni letrada de las otras dimensiones ni fundamentalista mariana

  No era asesina

  Evita a Inanna, a Sarasa, huye de su foto en las procesiones

  como una Oriundina de aldea que abre la puerta de la alcoba

  Detonaba por dentro sin rumbo

  para consolar en el pleito de los desalojados letales

  EL PULMÓN DE LA DESPLAZADA CON SU HUERTO SALVAJE SALTA

  Y miente la vulgata sobre los largos dientes de las lilas del azafrán

  que se oyen sus costillas aullar y el bosque limpio de tus carnicerías

  pone en tu cuello las vueltas de tripas semipreciosas

  No escupas tú

  La piel cuélgala

  En cada noche brillando ella sola

  no vive en la burbuja de un blog

  no hay henna en su perfil de verano

  no recita sutras no reputea ni conoce el culto

  de la personalidad

  Es una chica con sus espinas en un tren

  el monte le sale al paso para hacer el desierto

  se enrosca en su planta detonadora el monte se dobla sobre las piedras que pisa

  las piedras crujen llenas de hierba

  su cuello de niebla partida despejada

  O viridissima virga, ave

  floriditatem tuam

  El peso del monte cabe en una piedra cerrada

  San Jerónimo no vuelve a verla

  Visitada por un hombre bueno

  que también la olvida

  Quién te querrá cuando la muerte

  no te quiera más

  Entonces volvieron todos al cuadro

  NIEVA LARGAMENTE EN LA PANTALLA

  y mi tiniebla enroscada en oros de saqueo es la soga

  se descuelga del cuello del beato hacedor de los extasiados tensa por la

  enredadera

  donde están subiendo

  los bienaventurados del baile anual de los que posan

  para la foto del Edén por encargo

  el protocolo es de estricta iluminación jerárquica

  su paraíso artificial del Quattrocento danza

  todo el cuadro es una guirnalda de rosas de ADN

  la tiara del reino

  puerto en cuarentena

  noche verde en el prado

  mi tiniebla como una boa en tu cuello de árbol nevado

  se suelta

  DOS

  EL RAPTO

  Y entre el Sí y el No los espíritus vuelan más allá de la materia

  y las cabezas se separan de los cuerpos.

  —Ibn Arabi (Murcia, verano de 1165)

  CONTRA IBN ARABÍ

  Aquí estoy, en solitario, peleando con la edad, pateando con ambos pies los cántaros del Ser. La noche vibra con una letanía de reflejos sin sombras. Desde su ventana lo Absoluto de perfil contempla sus confines: los sonidos celestiales se propagan a través del viejo estanque en el que el metal y la greda, el pasado y los fines, el hueso y el vocablo vienen a saciar su sed. Revienta el cieno y la conciencia navega contra la corriente. En esta inmensa opacidad de la contemplación en la que el aire es la anticipación de la oscuridad, miro a lo singular elevarse en multiplicidades desde el fondo del ánfora y aguardar en el frío de lo real a ser vuelto añicos. No hay necesidad de entrar en el mar a cuya orilla se detuvieron los profetas, o de violentar la caja fuerte del mundo, ni de que el hombre sea el nudo de la creación y tenga en sus manos el Sello de los futuros tesoros. Creativa dentro de cada uno de nosotros, la chispa, que ya no anhela fundirse con los fuegos del cielo, se vuelve llama, chispa de sí misma, madre de todas las igniciones, nuevas tierras. Una gota huye del océano, se convierte en océano. El universo le tiende la mano a lo efímero.

  —Abdelkáder el Yanabi

  (Baghdad, 1940)

  Traducción al español de Eduardo Gasca a partir de la versión inglesa de Pierre Joris.

  SARGENTO JOSANNA JEFFREY

  (según el relato de una estudiante que regresó del frente y contó en mi clase de español del college)

  Gritos en el horno

  ¿no es Janis Joplin?

  no son conciertos para muñecas suicidas

  ponte a salvo

  ven

  Un año en Irak no es mucho tiempo

  Josanna mía mi aliento de bambú

  Robaría a Josanna Jeffrey

  para el tiempo que nos queda en tus brazos

  breves humedales de Mesopotamia

  Josanna Jeffrey con sus piernas sedosas

  mitones de lujo negro

  es la Ibis sagrada

  en la mira

  Temo la ponzoña del tatuaje

  en un cerebro de Caballero del Stormfront

  al acecho

  Josanna Jeffrey mi centinela de trenzas escarchadas

  más bella que Central Park en invierno

  tatuado de azafrán

  firmado Christo

  la noche de Nínive bajo su casco de guerra

  vas a necesitar las uñas

  que dejas en mi cama

  el cielo de Irak te proteja

  El cielo de Irak para saltar de su rama

  justo a tiempo

  en el fuego amigo

  caballero armado del Ku klux klan por internet

  cuida la manzanilla de su vello ario

  cuando nadie lo ve

  las bajas destripadas de vello oscuro

  corren de su cuenta

  Huelo la ponzoña de sus ritos de baja intensidad

  Voltea

  Salta

  Josanna Jeffrey

  Eres negra eres el cielo de los reyes

  reina de Bagdad mi novia del Bronx

  ruido de la caña los ojos de bengala quebrada

  Josanna Jeffrey dispara primero

  ven

  amo sus riñones preciosos

  perdidos

  en un experimento de Basora

  días calientes lamiendo entre tus piernas

  en un descansador de pantalla

  helada

  como una quemadura de Mosul

  Vuelo de bambú doblado

  tu aliento de violetas de menstruante

  Josanna Jeffrey

  perdió el interés de la industria farmacéutica

  Tus riñones de treinta mil dólares

  tus violetas

  nada

  enroscada en el descansador de pantalla

  como en un vientre

  descansa en mí

  lamo la flecha agujeteada sobre mi corazón

  te doy de mamar

  toda la pornografía que hemos hecho

  para poner los delicados paraísos

  a salvo

  carne amada putrefacta

  se abraza al polvo de 10.000 sitios arqueológicos

  destilados de violetas

  irrepetibles

  para extraer

  tres gotas de aceite

  ese animal

  suelto en un libro de monja

  un dedo de mi pie

  en tu apertura de bambú

  cómo te gustaba

  dijo que al volver tendría una hija

  Nasiriya

  tampoco volvieron las aves

  para retenerte me juego

  la carta Josanna Jeffrey:

  érase una vez l
as amantes

  perdidas

  en fuegos amistosos que declaran

  la guerra de cada quien

  las sobrevivientes las felices infelices muchachas

  arrasadas devueltas de reyes recién muertos un año después

  gritos en el horno

  retiras la cabeza

  como un pavo dorado

  que todavía

  hay que punzar

  Josanna Jeffrey

  sin pena ni gloria

  no vienes

  la última cerilla

  es para la oscuridad

  LA SANTA , LA CRUZADA, EL SECUESTRO

  Enheduanna, Enheduanna, la noche de lexapro no te ve

  cazadora de visiones estás flechada

  abre la puerta, Oriundina que caí di ceu

  vuelve al árbol de Diana tu libro de veinte años

  cuando el español de las muchachas era Alejandra y el amor de las muchachas

  campos de concentración

  cuando

  las bibliotecas y sus fuegos

  se hacían para hacerte olvidar el hambre, la falta, aquellas guerras

  menores

  y la palabra Chagall recién llegaba de Coruña llamada Blanca Andreú

  pero es de noche en Manhattan

  entre el Eufrates y el Tigris

  donde estuvo el Edén

  amanece el mito contando sus arenas

  la hora cero:

  contar paisajes por última vez

  disueltos en pozos de aceite

  contar torres en llamas

  y a los niños de la casa

  que cuentan alegremente

  las serpientes las almas

  nadie resta la rabia

  nuestro pan de la cena aquí

  no hay lugar en el mundo

  donde no se muerda el polvo, Enheduanna tapiada allá

  al amanecer

  apretadas las gargantas

  es que se están juntando

  se están separando

  las arenas

  nuestros muertos van a recibir a nuestros muertos

  como si tú y yo

  empezáramos a olvidarnos

  RUEGA

  Son pensamientos de refugiados en sí mismos

  presos del ojo del satélite

  de pantallas alucinógenas

  del mercader que me besa en un lago helado

  y en lugar de Farizada insomne

  cuenta ciudades reales o imaginarias como

  cifras del pentágono

  que serán exactas:

  no todos vamos a morir en esta noche

  Y allá la mañana

  canta como un cisne que no oímos

  -No offense

  pero nadie entiende el kitsh de otros lugares

  ni sus chistes

  ni sus dioses

  Los pájaros dorados en los vasos humeantes

  saltan en la noche de cristales rotos

  los golpes de las sirenas y no te muevas

  de tu puesto en la trampa

  de controlada observación

  ANTES DE EMPEZAR YA EN LIVERPOL BOMBARDEARON EL CAFÉ DEL CARDAMOMO

  se cruzan mensajes entre emigrantes venezolanas sin refugio

  ya los muros empiezan a mostrar sus vírgenes por todas las costas

  la ahogada muerta de miedo penando

  Enheduanna

  la verde muchacha del tiempo

  la poeta que se viene a morir en su Chagall

  Suena, el cuscús y la grasa de carnero

  el kitsh de la Joplin de la casa, suena

  Ismahán y Shakira antes de teñirse, suenan

  tus cantaoras en la barra

  compartes un baklava turco

  y el políglota de turno perdida la cuenta

  de sus pasaportes

  las heridas las errancias

  te enseña a escribir tu nombre en árabe

  contra un recuerdo de “Gallitos Azules”

  tropicordiosos

  en extinción

  -No offense

  pero nadie entiende sus conflictos de bárbaros

  Una muchacha venezolana en Liverpool

  llora en la miel de los mabrumes

  regada por el piso

  había deshojado en la menta

  el invierno

  sus cuadernos de extranjera y la sombra violeta del

  Ávila

  con la que vive todavía

  la vaga explicación de sus orígenes

  en primavera

  su confianza es una cifra

  inexplicable

  como las uvas de Esmirna

  joyas en su boca triste

  mientras escribe en su pancarta:

  No sigan

  Sus is a fact y sus no offense

  me ofenden

  Hay intercambio de señales en esta hora

  trueque de infancias

  un mar por otro

  los misteriosos azules del aire

  descritos por Da Vinci

  el silencio corrosivo que queda después de un cisne

  mancha azul que deja de cantar

  en el lago helado del parque

  y al final de Basora la palma de dátiles

  que es lo último que recordarán

  morichales donde nadamos en el sueño

  de la amiga poeta

  que emigra a Israel

  Mientras las muchachas de New York en primavera

  salían del escondite del museo con letras del codex de Leicester

  donde las aguas eran venas del paisaje vivo

  en orden

  en las máquinas de guerra a la lupa

  el diseño muestra los cuerpos abrazados

  a manera de flores protectoras de cariaquito morado

  apagaban los noticieros

  y sus pancartas confundían al enemigo

  que cada quien

  tiene en casa

  MENSAJE DE TEL AVIV: LA VERDE PLEGARIA

  Hay princesas con nombres de batallas

  hay esclavas maquilladoras

  macerando las rosas

  de calígrafa

  ambas mastican las alas del hojaldre

  de la natividad

  todo lo que tocan

  alza el vuelo

  para burlar los decretos

  MENSAJE DE LIVERPOL: LA VERDE PLEGARIA

  Siempre en nuestro patio

  empieza el campo

  de concentración

  y duetos de hierba

  y las madonnas como luces del bosque

  viven poco

  en las doncellas

  que bailan en el agua de invierno

  y guardan celosamente

  nuestras yugoslavas

  cenizas

  VIRUS

  Pasan las negras caravanas

  criaturas migratorias que por temporadas cambian de formas

  de matar

  para provecho de tan alta tecnología

  de aseguradoras

  e iglesias que saben que sólo Dios cuida los lirios del campo

  y cuánto le cuesta un lirio al detal

  mascullan sus rabias al oído público

  “¿Por qué viniste a mí desde el desierto de Nevada soldado armado hasta

  los dientes?

  ¿Por qué hiciste el camino hasta la distante Basora

  Donde los peces solían nadar bajo los escalones de nuestras puertas?”

  Saaddi Yousif

  citó el judío en árabe en su cuaderno Caribe

  -en realidad el bello Yaakov Jacobito

  de venezolana estudiante

  igualados en el básico de gallego y japonés

  en el turno de lavaplatos

  él pensaba de ella

  que estaba más buena que las negras paltas

  salvadoras de la especie sureña del poema de kukurto

  y ella pensaba que él iría jugoso, en un poema de kukurtiño

  muñequitos de manga siemprevivos

  van dibujando:

  aquí los chicos qu
e sobran

  de todas partes

  por antigua fatalidad de antiguos saqueos

  saltan de la fila de saqueados a la fila

  del ejército

  donde morir es ser un héroe afortunado

  con mejores dividendos para las madres de los diminutivos

  que el trabajo de toda la vida vivo

  sin fortuna

  Oyen muy quietos

  diatribas manifiestos predicadores

  y arden

  con toda la biblioteca

  EL GENIO

  Toda la vida aquel genio del Renacimiento creyó que había agua

  en la luna

  donde a veces creímos el mito del alunizaje

  no hay agua, señores, en la luna

  llena de huesos del cuerno de África

  los ojos brillantes

  de la luna seca

  un sabio oriental de la ciudad

  altavoces en la protesta:

  Desconecten apaguen

  Silencien las Open Source

  Aquellos astronautas nunca salieron del desierto

  de Arizona

  No hay hombres en la luna en los sesenta

  señores

  Hombres y mujeres y aliens oigan:

  No tomemos el lugar destinado a las protestas vamos por otra calle

  presidentes, vicepresidentes, dictadores de izquierda dictadores de derecha

  ya firmaron sus contratos

  Repartida está Bagdad y sus pozos cardinales

  no tienen tiempo

  de ver superproducciones revoluciones

  y funerales cursis

  en la tele

  nosotros tampoco

  Y FARIZADA LA SONRISA DE UNA ROSA CONTÓ —MENSAJE CORTADO—

  Vino la muerte

  y me encontró ocupada

  en tus labios

  y a ti en el dibujo de alheña de la piel

  donde estaríamos

  la muerte y yo

  persiguiéndonos sin vernos en un bosque

  hasta que me dibujaste

  el ojo de gacela

  y a ella

 

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