Ancient Cuzco

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Ancient Cuzco Page 36

by Brian S. Bauer


  16. “Guardaban estos cuerpos muertos los de la parentela, y teníanlos bien vestidos y aderezados, envueltos en gran cantidad de algodón, tapado el rostro, y no los mostraban sino por gran fiesta, ni los vían otros, de ordinario, más que aquellos a cuyo cargo estaba el aderezallos, guardallos y entender en su conservación; los cuales se sustentaban de la hacienda que para este efecto aplicaban los descendientes del difunto. Eran tenidos en gran veneración estos cuerpos embalsamados, y se les hacían sacrificios, a cada uno según su posibilidad; . . . cuidando dellos siempre los señores y cabezas de las parcialidades, y dedicándose toda la familia al culto de los suyos. Sacábanlos de allí muy acompañados a todas sus fiestas solemnes, y si no lo era tanto, sacaban en su lugar sus guáuques” (Cobo 1964: 163–164 [1653: Bk. 13, Ch.10]).

  17. “Esto vine a entender yo cuando entramos la primera vez en el Cuzco, . . . pues a la partida un capitán de Mango Inca, que había de ir con él, vino a rogar al Marqués enviase a rogar a uno destos muertos que le diese por mujer una parienta suya, que estaba en su servicio. El Marqués me mandó a mí que fuese con don Martín, la lengua, a pedirle de su parte diese la india a este capitán. Pues creyendo yo que iba a hablar algún indio vivo, me llevaron a un bulto de estos muertos, donde estaba asentado dentro de unas andas, que así los tenían; y el indio diputado que hablaba por él de un lado, y la india al otro, sentados cabe el muerto. Pues llegados que fuimos delante del muerto, la lengua le dijo el mensaje, y estando así un poco suspensos y callados, el indio miró a la india (entiendo yo que para saber su voluntad); pues después de haber estado así como digo, me respondieron ambos a dos diciendo que su señor el muerto decía que fuese así, que llevase la india el capitán ya dicho, pues lo quería el apo (que así llamaban al Marqués)” (Pedro Pizarro 1986: 53–54 [1571]).

  18. “. . . que cada muerto de estos tenía señalado un indio principal y una india asimismo lo que este indio o india quería, decían ellos que era la voluntad de los muertos. Cuando tenía gana de comer o de beber, decían que los muertos querían lo mismo; si querían ir a holgarse a casa de otros muertos, decían lo mismo porque así lo tenían de costumbre irse a visitar los muertos unos a otros, y hacían grandes bailes y borracheras. Algunas veces iban a casas de los vivos, y los vivos a las suyas” (Pedro Pizarro 1986: 52–53 [1571]).

  19. “Sacaban a la plaza para hacer esta fiesta todas las guacas ya dichas y los cuerpos de los incas señores y señoras difuntos, para beber con ellos, poniendo, los que avían sido señores de la parcialidad de Anan Cuzco en ella y a los de Hurin Cuzco en la suya, y así traían de comer y beber a los muertos como si estuvieran vivos diciendo: ‘Cuando eras vivo solías comer y beber desto, reciba lo ahora tu anima y cómalo adoquiera que estuiere’” (Molina 1989: 111 [ca. 1575]).

  20. “[P]ara lo cual se hacía un bulto de mantas con la figura que ellos ponerle querían, al cual llaman el nombre del rey ya muerto y salían estos bultos a ponerse en la plaza del Cuzco cuando se hacían sus fiestas y en rededor de cada bulto destos reyes estaban sus mujeres y criados y venían todos, aparejándole allí su comida y bebida, porque el demonio debía de hablar en aquellos bultos, pues que esto por ellos se usaba. Y cada bulto tenía sus truhanes o desidores que estaban con palabras alegres contentando al pueblo; y todo el tesoro cual señor tenía siendo vivo, se estaba en poder de sus criados y familiares y se sacaba a las fiestas semejantes con gran aparato; sin lo cual no dejaban de tener sus ‘chacaras,’ ques nombre de heredades, donde cojían sus maices y otros mantenimientos con que se sustentaban las mujeres con toda la demás familia destos señores que tenían bultos y memorias aunque ya eran muertos. Y cierto esta usanza fue harta parte para que en este reino oviese la suma tan grande de tesoros que se han visto por nuestros ojos; y a españoles conquistadores e oído que, cuando descubriendo las provincias del reino entraron en el Cuzco, había destos bultos, lo cual pareció ser verdad cuando dende a poco tiempo queriendo tomar la borla Mango Inca Yupangue, hijo de Guaynacapa, públicamente fueron sacados en la plaza del Cuzco a vista de todos los españoles e indios que en ella en aquel tiempo estaban” (Cieza de León 1995: 29 [1554: Pt. 2, Ch. 11]).

  21. “[S]eñaló y nombró [Pachacuti Inca Yupanqui] cierta cantidad de yanaconas y mamaconas y dioles tierras para en que sembrasen y cogiesen para el servicio destos bultos y ansi mismo señaló muchos ganados para los sacrificios que ansi se les habían de hacer y este servicio e tierras e ganado dió e repartió a cada bulto por sí e mandó que se tuviese gran cuidado el continuamente a la noche e a la mañana de dar de comer e beber a estos bultos y sacrificarlos para lo cual mandó e señaló que tuviesen cada uno de estos un mayordomo de los tales sirvientes que ansi le señaló que ansi mismo mandó a estos mayordomos e a cada uno por sí que luego hiciesen cantares los cuales cantasen estas mamaconas y yanaconas con los lores de los hechos de cada uno destos señores en sus días ansi hizo los cuales cantares ordinariamente todo tiempo que fiestas hubiese cantasen cada servicio de aquellos por su orden y concierto comenzando primero el tal cantar e historia e loa los de Mango Capac e que ansi fueron diciendo las tales mamaconas e servicio como los señores habían sucedido hasta allí y que aquella fuese la orden que se tuviese desde allí adelante para que de aquella manera hubiese memoria dellos e sus antigüedades . . . cuales bultos Ynga Yupangue mandó cuando ansi los mandó poner en los escaños que fuesen puestas en las cabezas unas diademas de plumas muy galanas de las cuales colgaban unas orejeras de oro y esto ansi puesto mandó que les pusiesen ansi mismo en las frentes a cada uno destos bultos unas patenas de oro e que siempre estuviesen estas mamaconas mujeres con unas plumas coloradas largas en las manos e atadas a unas varas con las cuales ojeasen las moscas que ansi en los bultos se asentasen el servicio de los cuales e que ansi se hiciese a estos bultos fuese muy limpio e que las mamaconas e yanaconas cada e cuando que delante de estos bultos paresciesen al servir o reverenciar otros cualesquiera que fuesen viniesen muy limpios e bien vestidos e con toda limpieza e reverencia e acatamiento estuviesen delante destos tales bultos y desta manera hizo este señor en esto dos cosas la una que hizo que sus pasados fuesen tenidos y acatados por dioses e que hubiese memoria dellos lo cual hizo porque entendía que lo mismo se haría del después de sus días” (Betanzos 1987: 86 [1557: Pt. 1, Ch. 17]).

  22. In Quechua, the term huauque is used by a man to refer to his brother.

  23. For the other Incas, Sarmiento de Gamboa simply writes that Polo de Ondegardo found the Inca’s idol along with their mummy.

  24. “[Sinchi Roca] dejó un ídolo de piedra, figura de pescado, llamado Guanachiri Amaru, que fue en su vida su ídolo guaoqui. El cual ídolo con el cuerpo de Cinchi Roca halló el licenciado Polo, siendo corregidor del Cuzco, en el pueblo de Bimbilla entre unas barretas de cobre, y el ídolo tenía su servicio de criados y tierras de sembrar” (Sarmiento de Gamboa 1906: 44 [1572: Ch. 15]).

  25. “Halló el cuerpo deste inga el licenciado Polo en Totocachi, donde agora es la perroquia de señor Sant Blas de la ciudad del Cuzco, bien aderezado y guardado, y lo embió á Lima por mandado del marqués de Cañete virrey deste reino. El ídolo guaoqui deste inga se llamó Indi illapa; era de oro y muy grande, el cual en pedazos fué llevado á Caxamarca. Halló el dicho el licenciado Polo, casa, heredades, criados y mujeres deste ídolo guaoqui” (Sarmiento de Gamboa 1906: 94 [1572: Ch. 48]).

  26. “Usaban en vida todos los reyes y señores de la casta de los Incas hacer cada uno su estatua que representase su misma persona, y con cierta solemnidad y ceremonias la tomaba por hermano, llamándola guáuque, que significa eso. Esta la hacían unos mayor, otros menor, y otros al propio de su tamaño y semejanza; unas eran labradas de oro, otras de plata, de palo, piedra o de otra materia. Los reyes ponían a sus guáuques casa y servicio, y aplicaban alguna hacienda para sustentación de los que los tenían a cargo; y mandaban al pueblo, y señaladamente a los de su linaje y parcialidad, que les hiciesen la misma reverencia, desde el día que los constituían, por hermanos suyos, que a sus propias personas. Eran estos ídolos tenidos en gran veneración mi
entras vivían los señores que representaban, y después de muertos se guardaban con sus cuerpos, y cuerpos e ídolos eran siempre igualmente respetados y servidos. Teniéndolos vestidos ricamente, y en las fiestas que, por no ser muy solemnes, no sacaban en público los cuerpos muertos de los señores, sacaban éstos sus guáuques o retratos. Era esta costumbre tan antigua, que si no fue entre ellos ficción, parece que venía desde que tienen memoria de sus cosas; y aunque comenzó por solo los reyes y grandes señores se fue con el tiempo extendiendo de manera, que cualquier hombre principal hacía estatua en vida o señalaba una piedra o ídolo, hecho de lo que le parecía, y lo tomaba por guáuque, y mandaba a los de su familia que lo tuviesen en su lugar mientras vivía, y después de muerto le hiciesen la misma veneración; con que vino a ser gran suma la destos ídolos en el Cuzco y su comarca; y fuera mucho mayor, sino que como se fue usando muy comúnmente de los más el ir dejando los menos principales, se fue perdiendo la memoria dellos con el tiempo. Mas los guáuques de los reyes Incas duraron hasta la venida de los españoles en la misma veneración que comenzaron, la cual era tan grande, que en todas sus necesidades se encomendaban a ellos las parcialidades que descendían de cuyos eran, y los llevaban en los ejércitos con toda la autoridad que podían, porque tenían creído que eran gran ayuda para sus victorias, y ponían gran espanto a los enemigos. A lo menos no hay duda sino que la gente de guerra iba muy confiada en su patrocinio, y que hacía en ellas la imaginación gran operación, según los viejos afirman. A estas estatuas o guáuques hacían sacrificios muy notables y en mucha cantidad, y la opinión que dellas se tenía, era que en tanto durasen, tenían la misma fuerza que los cuerpos cuyos eran cuando estaban vivos. El tiempo que las tenían en la ciudad las ponían en compañía de los cuerpos, y adondequiera que las parcialidades y familias las llevaban, les hacían tanta honra como cuando vivía su original; y así les contribuían ofrendas para la gente que las tenía a cargo” (Cobo 1964:162–163 [1653: Bk. 13, Ch. 9]).

  27. After the conquest, Spaniards were keen to find lands dedicated to the Sun or other idols because these lands were reported to the local government as vacant and were often then reassigned as private Spanish holdings.

  28. Still other accounts mention that gold statues were made in the likeness of the king. For example, Albornoz (1984: 205 [ca. 1582]) indicates that a golden statue of Topa Inca Yupanqui was kept in a building on the edge of the Plain of Anta (Bauer and Barrionuevo Orosco 1998).

  29. “Hay otras imágenes hechas de yeso ó de barro las que solamente tienen los cabellos y uñas que se cortaba y los vestidos que se ponía, y son tan veneradas entre aquellas gentes como si fueran sus dioses” (Sancho 1898: 1419–1420 [1534: Ch. 19]).

  30. “. . . teniendo esta nueva y se viese señor mandó luego hacer un bulto de sus mismas uñas y cabellos el cual imitaba a su persona y mandó que se llamase este bulto Ynga Guauquin que dice el hermano del Ynga y este bulto ansi hecho mandó que fuese puesto en unas andas y mandó a un criado suyo que se decia Chima que dando a este bulto que le sirviese y que tuviese cargo de guardarle y mirarle y dando a este bulto otros muchos mozos y servicio mandó que luego fuese tomado el bulto y llevado en sus andas por la posta a do sus capitanes estaban Chalcuchima y Quizquiz para que las provincias y gentes que sujetasen diesen obediencia a aquel bulto en lugar de su persona y ansi fue este bulto llevado y dado a los capitanes los cuales les recibieron y holgaron y muy mucho con él e hiciéronles muy muchos y muy grandes sacrificios y ansi servían y respetaban a este bulto como si fuera allí en persona el mesmo Atagualpa” (Betanzos 1987: 220 [1557: Pt. 2, Bk. 6]).

  31. Angelina Yupanqui, born Cuxirimay Ocllo, was a wife of Atahualpa at the time of his death. She then became, for a short time, mistress to Francisco Pizarro. At the time when Betanzos was writing this passage, Angelina Yupanqui had become his own wife.

  32. “[S]iendo ya muerto fue llevado a un pueblo que se llama Patallacta en el cual pueblo él había hecho edificar unas casas do su cuerpo fuese sepultado y sepultáronle metiendo su cuerpo debajo de tierra en una tinaja grande de barro nueva y él bien vestido y encima de su sepulcro mandó Ynga Yupangue que fuese puesto un bulto de oro hecho a su semejanza y en su lugar a quien las gentes que allí fuesen adorasen en su nombre y luego fue puesto y de las uñas y cabellos que en su vida se cortaba mandó que fuese hecho un bulto el cual ansi fue hecho en aquel pueblo do el cuerpo estaba y de allí trujeron este bulto en unas andas a la ciudad del Cuzco muy suntuosamente a las fiestas de la ciudad el cual bulto pusieron en las casas de Topa Ynga Yupangue y cuando ansi fiestas había en la ciudad le sacaban a las tales fiestas con los demás bultos . . . y como el bulto fuese en la ciudad mandó Topa Ynga Yupangue que este bulto sacasen los de su mismo linaje a las fiestas que ansi hubiese en el Cuzco y que cuando ansi le sacasen le sacasen cantando las cosas que él hizo en su vida ansi en las guerras como en su ciudad y que ansi le sirviesen y reverenciasen y mudasen las ropas y vestidos como él los mudaba y era servido en su vida todo lo cual ansi fue hecho el cual bulto se llevó Mango Ynga de la ciudad del Cuzco cuando se alzó y el de oro que estaba encima de su sepultura por aviso que doña Angelina Yupangue dió del al marqués de don Francisco Pizarro le hubo el marqués con la demás riqueza que tenía” (Betanzos 1987:149–150 [1557: Pt. 1, Ch. 32]).

  33. “Ynga Yupangue mandó que tuviesen sus casas e pueblos y estancias en los valles e pueblos en torno de la ciudad del Cuzco e que estos y sus descendientes tuviesen siempre cuidado de servir a aquellos bultos a quien él los había dado y señalado todo lo cual fue ansi hecho desde entonces hasta el día de hoy que lo hacen oculta e secretamente e algunos públicos porque los españoles no entienden lo que es y estos tales bultos tienen metidos en orones que son topres en que acá se echan el maíz e la demás comida e otros en ollas y en tinajas grandes y en huecos de paredes y desta manera no los pueden topar” (Betanzos 1987: 86 [1557: Pt. 1, Ch. 17]).

  34. The shrine of Huanacauri was believed to be one of Manco Capac brothers who had been converted to stone.

  35. In original: “vestida y bien aderezada” (Cobo 1964: 67 [1653: Bk. 11, Ch. 4]).

  36. Quechua: inti = sun.

  37. Quechua: acoy = ill fortune; wasi = house.

  38. Cobo (1979:123 [1653: Bk. 12, Ch. 8]) indicates that the body and idol of Capac Yupanqui were found in a town near Cuzco.

  39. Alternatively, it is possible that the idol and body of Mayta Capac were found in the village of Cayucache, located between Cuzco and Wimpillay, since Cobo (1979:123 [1653: Bk. 12, Ch. 8]) indicates that most of his family lived there.

  40. “Su cuerpo se halló bien aderezado y con mucha autoridad en un pueblezuelo de la comarca del Cuzco, llamado Rarapa, junto con un ídolo de piedra que lo representaba, del nombre de un ayllo Vica Quirao, y era muy honrado de los dicho ayllo y familia; la cual, allende de la adoración y sacrificios ordinarios que le hacía, cuando había necesidad de agua para los sembrados, lo solía sacar en procesión vestido ricamente y cubierto el rostro, y llevarlo por los campos y punas; y tenían creído que era gran parte para que lloviera” (Cobo 1964: 73 [1653: Bk. 12, Ch. 9]).

  41. “Estuvo depositado el cuerpo deste rey en Jaquijaguana, y teniendo noticias y rastro dél Gonzalo Pizarro, anduvo mucho tiempo buscándolo, por haber el gran tesoro que había fama estaba enterrado con él; y por descubrirle, quemó algunos indios, hombres y mujeres. Al cabo lo halló y gran suma de hacienda suya que le dieron los que lo guardaban. Hizo el dicho Pizarro quemar su cuerpo, mas los indios de su ayllo recogieron las cenizas, y con cierta confección las metieron en una tinajuela pequeña junto con el ídolo, que, como era de piedra, se lo dejaron los de Gonzalo Pizarro sin reparar de él. Después, al tiempo que el Licenciado Polo andaba descubriendo los cuerpos e ídolos de los Incas, en teniendo noticias de las cenizas e ídolo déste, lo mudaron los indios de donde antes estaba, escondiéndolo en muchas partes; porque, después que lo quemó Gonzalo Pizarro, le tuvieron en mayor veneración que antes. Ultimamente se puso tan buena diligencia, que fue hallado y sacado de poder de sus descendient
es” (Cobo 1964: 77 [1653: Bk. 12, Ch. 11]).

  42. The body of Pachacuti Inca Yupanqui was most likely stored in the site now called Kenko Grande (Bauer 1998: 50–51).

  43. “[S]olo su cuerpo está el día de hoy en Patallacta el cual por sus miembros parece que era en su vida hombre de buen altor” (Betanzos 1987: 150 [1557: Pt. 1, Ch. 32]).

  44. “Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo de Pachacutec Inca Yupanqui Inca, que fue uno de los que yo envié al Marqués a la ciudad de los Reyes, que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé con él el ídolo principal de la provincia de Andahuaylas, porque la conquistó éste y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Valcuvilca el señor principal de ella, y le mató” (Polo de Ondegardo 1990: 86 [1571]).

  45. “Fueron presos los señores y señoras del Cuzco que se hallaron ser amigos de Guascar, y también los ahorcaron en aquellos palos. Y luego fueron discurriendo por todas las casas de los ingas muertos pesquisando los que habían sido del bando de Guascar y enemigos de Atagualpa. Y hallaron, que la casa de Topa Inga Yupanqui había tenido con Guascar. Y Cuxi Yupanqui cometió el castigo desta casa á Chalco Chima y Quizquiz, los cuales prendieron luego al mayordomo de la casa y bulto de Topa Inga y á los de la casa, y ahorcólos á todos, y al cuerpo de Topa Inga hízolo quemar fuera del pueblo y á hacerle polvos. Y aun quemarle, mató muchas mamaconas y criados, que casi no dejó desta casa sino algunos, de quien no se hacía caso” (Sarmiento de Gamboa 1906: 122–123 [1572: Ch. 66]).

 

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