B003EEN38U EBOK The Complete Poetry A Bilingual Edition nodrm
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LA NECESIDAD DE MORIR
Paris, 1926.
Senores:
Tengo el gusto de deciros, por medio de estas lineas, que la muerte, mas que un castigo, pena o limitacion impuesta al hombre, es una necesidad, la mas imperiosa e irrevocable de todas las necesidades humanas. La necesidad que tenemos de morir, sobrepuja a la necesidad de nacer y vivir. Podriamos quedarnos sin nacer Pero no podriamos quedarnos sin morir. Nadie ha dicho hasta ahora: "Tengo necesidad de nacer". En cambio, si se suele decir: "Tengo necesidad de morir". Por otro lado, nacer es, a lo que parece, muy facil, pues nadie ha dicho nunca que le haya sido muy dificil y que le haya costado esfuerzo venir a este mundo; mientras que morir es mas dificil de lo que se cree. Esto prueba que la necesidad de morir es enorme e irresistible, pues sabido es que cuanto mas dificilmente se satisface una necesidad, esta se hace mas grande. Se anhela mas lo que es menos accesible.
Si a una persona le escribieran diciendole siempre que su madre sigue gozando de Buena salud, acabaria al fin por sentir una misteriosa inquietud, no precisamente sospechando que se le engana y que, posiblemente su madre debe hater muerto, sino bajo el peso de la necesidad, sutil y tacita, que le acomete, de que su madre debe morir. Esa persona hard sus calculos respectivos y pensara para sus adentros: "No puede ser. Es imposible que mi madre no haya muerto hasta ahora". Sentird, al fin, una necesidad angustiosa de saber que su madre ha muerto. De otra manera, acabard por darlo por hecho.
Una antigua leyenda del Islam cuenta que un hijo llego a vivir trescientos anos, en medio de una raza en que la vida acababa a lo sumo a los cincuenta anos. En el decurso de un exilio, el hijo, a los doscientos anos de edad, pregunto por su padre y le dijeron: " Esta bueno". Pero, cuando cincuenta anos mas tarde, volvio a su pueblo y supo que el autor de sus dias habia muerto hacia doscientos anos, se mostro muy tranquilo, murmurando: "Ya lo sabia yo desde hace muchos anos". Naturalmente. La necesidad de la muerte de su padre, habia sido en el, a su hora, irrevocable, fatal y se habia cumplido fatalmente y tambien a su hora, en la realidad.
Ruben Dario ha dicho que la pena de los dioses es no alcanzar la muerte. En cuanto a los hombres, si estos, desde que tienen conciencia, estuviesen seguros de alcanzar la muerte, serian dichosos para siempre. Pero por desgracia, los hombres no estan nunca seguros de morir: sienten el afan obscuro y el ansia de morir, mas dudan siempre de que moriran. La pena de los hombres, diremos nosotros, es no estar nunca ciertos de la muerte.
THE NEED TO DIE
Paris, 1926
Gentlemen:
It pleases me to inform you, by means of these lines, that death, more than a punishment, penalty or limitation imposed on man, is a necessity, the most imperative and irrevocable of all human necessities. Our need to die surpasses our need to be born and to live. We could do without being born but we could not do without dying. Until now no one has said: "I have a need to be born." However, one frequently does say: "I have a need to die." On the other hand, to be born is, so it seems, very easy, since no one has ever said that it was very difficult for him and that he put forth a lot of effort to enter this world; whereas dying is more difficult than one thinks. This proves that the need to die is enormous and irresistible, since it is well known that the more difficult it is to satisfy a necessity the larger it looms. One yearns more for that which is less accessible.
If someone were to write to another always telling him that his mother continued to enjoy good health, the recipient would end up feeling a mysterious discomfort, not really suspecting that he was being lied to and that, most likely his mother must have died, but under the weight of the subtle and tacit need overwhelming him that his mother ought to die. This person would make the respective calculations and think to himself: "This cannot be. It is impossible that my mother is not already dead." In the end, he will feel an anguished need to know that his mother has died. Otherwise, he will end up accepting it as a fact.
An ancient Islamic legend recounts that a son reached his three-hundredth year among a people for whom life ended at the most at fifty. While in exile, the son, in his two-hundredth year, asked about his father and was told: "He's in good health." But when, fifty years later, he returned to his town and learned that the author of his days had died two hundred years ago, he seemed tranquil, murmuring: "I have known this for many years." Of course. The son's need for his father to die had been for him, in its hour, irrevocable, fatal and had been fatally fulfilled also in its hour, in reality.
Ruben Dario has said that the sorrow of the gods lies in not reaching death. As for men, if, from the moment they are conscious, they could be sure of reaching death, they would be happy forever. But unfortunately, men are never sure of dying: they feel an obscure desire and a yearning to die, but they always doubt that they will die. The sorrow of men, we declare, lies in never being certain of death.
ME ESTOY RIENDO
I AM LAUGHING
ALTURA Y PELOS
HEIGHT AND HAIR
LOMO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS
SPINE OF THE SCRIPTURES
SOMBRERO, ABRIGO, GUANTES
HAT, OVERCOAT, GLOVES
LANGUIDAMENTE SU LICOR
Tendriamos ya una edad misericordiosa, cuando mi padre ordeno nuestro ingreso a la escuela. Cura de amor, una tarde lluviosa de febrero, mama servia en la cocina el yantar de oracion. En el corredor de abajo, estaban sentados a la mesa, mi padre y mis hermanos mayores. Y mi madre iba sentada al pie del mismo fuego del hogar. Tocaron a la puerta.
-Tocan a la puerta!-mi madre.
-Tocan a la puerta!-mi propia madre.
-Tocan a la puerta!-dijo toda mi madre, tocandose las entranas a trastos infinitos, sobre toda la altura de quien viene.
-Anda, Nativa, la hija, a ver quien viene.
Y, sin esperar la venia maternal, fuera Miguel, el hijo, quien salio a ver quien venia asi, oponiendose a lo ancho de nosotros.
Un tiempo de rda contuvo a mi familia. Mama salio, avanzando inversamente y como si hubiera dicho: las partes. Se hizo patio afuera. Nativa lloraba de una tal visita, de un tal patio y de la mano de mi madre. Entonces y cuando, dolor y paladar techaron nuestras frentes.
-Porque no le deje que saliese a la puerta,-Nativa, la hija-, me ha echado Miguel al pavo. A su paVO.
jQue diestra de subprefecto, la diestra del padrE, revelando, el hombre, las falan- jas filiales del nino! Podia asi otorgarle la ventura que el hombre deseara mas tarde. Sin embargo:
-Y manana, a la escuela,-diserto magistralmente el padre, ante el piiblico semanal de sus hijos.
Y tal, la ley, la causa de la ley. Y tal tambien la vida.
Mama debio llorar, gimiendo apenas la madre. Ya nadie quiso comer. En los labios del padre cupo, para salir rompiendose, una fina cuchara que conozco. En las fraternas bocas, la absorta amargura del hijo, quedo atravesada.
Mas, luego, de improviso, salio de un albanal de aguas llovedizas y de aquel mismo patio de la visita mala, una gallina, no ajena ni ponedora, sino brutal y negra. Cloqueaba en mi garganta. Fue una gallina vieja, maternalmente viuda de unos pollos que no llegaron a incubarse. Origen olvidado de ese instante, la gallina era viuda de sus hijos. Fueran hallados vacios todos los huevos. La clueca despues tuvo el verbo.
Nadie la espant6. Y de espantarla, nadie dej6 arrullarse por su gran calofrio maternal.
-Donde estan los hijos de la gallina vieja?
-Donde estan los pollos de la gallina vieja?
jPobrecitos! jDonde estarian!
[1927/19281
LANGUIDLY HER LIQUOR
We probably already were of a compassionate age, when my father commanded us to enter school. A priestess of love, one rainy February afternoon, mama served the viandry of prayer in the kitchen. In the downstairs interior corridor, my father and older brothers were seated at the table. And my mother went sitting by the very fire of the hearth. Someone knocked at the door.
- Someone's knocking at the door!-my mother.
- Someone's knocking at the door!-my own mother.
-Som
eone's knocking at the door!-said all of my mother, playing her entrails with infinite frets, over the whole height of whoever was coming.
-Go, Nativa, the daughter, see who's there.
And, without waiting for maternal permission, it was Miguel, the son, who went out to see who had come like this, opposing the width of all of us.
A street time held our family. Mama went out, advancing inversely and as if she might have said: the private parts. The outside became a patio. Nativa was crying from such a visit, from such a patio and from her mother's hand. Then and when, pain and palate roofed our foreheads.
-Because I didn't let him go to the door,-Nativa, the daughter,-Miguel has made me blush. With his bLush.
What a subprefectural right hand, the right hand of the faTher, revealing, the man, the filial phalanges of the child! He could thus grant him the happiness that the man would desire later on. However:
-And tomorrow, to school,-father magisterially lectured, before the weekly public of his children.
And thus, the law, the cause of the law. And thus also life.
Mama probably wept, mother hardly moaning. Now no one wanted to eat. A delicate spoon, known to me, fit in father's lips, to emerge breaking. In the brotherly mouths, the entranced bitterness of the son, got stuck.
But, afterward, unexpectedly, neither alien nor egg-laying, but enormous and black, a hen came out of a rainwater drain and from the very same patio as the bad visitor. She clucked in my throat. She was an old hen, maternally widowed from some chicks that did not get to be incubated. The forgotten origin of that instant, the hen was the widow of her children. All the eggs were found empty. The brooder afterward had the word.
No one frightened her. And in case she was frightened, no one allowed himself to be lulled by her great maternal chill.
-Where are the old hen's children?
-Where are the old hen's chicks?
Poor little things! Where could they be?
Los trescientos estados de mujer de la Tour Eiffel, estan helados. La herzciana crin de cultura de la torre, su pelusa de miras, su vivo aceraje, engrapado al sistema moral de Descartes, estan helados.
Le Bois de Boulogne, verde por clausula privada, esta helado.
La Camara de Diputados, donde Briand clama: "Hago un llamamiento a los pueblos de la tierra ...", y a cuyas puertas el centinela acaricia, sin darse cuenta, su capsula de humanas inquietudes, su simple bomba de hombre, su eterno principio de Pascal, esta helada.
Los Campos Eliseos, grises por clausula ptiblica, estan helados.
Las estatuas que periplan la Plaza de la Concordia y sobre cuyos gorros frigios se oye al tiempo estudiar para infinito, estan heladas.
Los dados de los calvarios catolicos de Paris, estan helados hasta por la cara de los treses.
Los gallos civiles, suspensos en las agujas goticas de Notre-Dame y del Sacre- Coeur, estan helados.
La doncella de las campifias de Paris, cuyo pulgar no se repite nunca al medir el alcance de sus ojos, esta helada.
El andante a dos rumbos de "El pajaro de fuego", de Strawinsky, esta helado.
Los garabatos escritos por Einstein en la pizarra del anfiteatro Richelieu de la Sorbona, estan helados.
Los billetes de avion Para el viaje de Paris a Buenos Aires, en dos horas, 23 minutos, 8 segundos, estan helados.
El sol esta helado.
El fuego central de la tierra esta helado.
El padre, meridiano, y el hijo, paralelo, estan helados.
Las dos desviaciones de la historia estan heladas.
Mi acto menor de hombre esta helado.
Mi oscilacion sexual esta helada.
[1927/19281
The three-hundred womanly states of the Eiffel Tower, are frozen. The Hertzian cultural mane of the tower, its downy sights, its vivid steelwork, bolted to the moral Cartesian system, are frozen.
The Bois de Boulogne, green from private clause, is frozen.
The Chamber of Deputies, where Briand cries out: "I hereby call on all the peoples of the earth ...", and at whose doors the guard unconsciously caresses his cartridge of human uneasiness, his simple manly bomb, his eternal Pascalian principle, is frozen.
The Champs-Elysees, gray from public clause, is frozen.
The statues that periplanate the Place de la Concorde and above whose Phrygian caps time can be heard studying to be infinite, are frozen.
The dice of the Parisian Catholic Calvaries, are frozen even on the face of the threes.
Astonished on the Gothic needles of Notre-Dame and Sacre-Coeur, the civil roosters, are frozen.
The maiden from the Parisian countryside, whose thumb never repeats itself while measuring the range of her eyes, is frozen.
The bidirectional andante of Stravinsky's "The Firebird," is frozen.
On the Richelieu amphitheater blackboard of the Sorbonne Einstein's scribblings, are frozen.
The airplane tickets for the flight from Paris to Buenos Aires-two hours, 23 minutes, 8 seconds-are frozen.
The sun is frozen.
The fire at the center of the earth is frozen.
The meridian father and the parallel son, are frozen.
The two deviations of history are frozen.
My minor manly act is frozen.
My sexual oscillation is frozen.
RUIDO DE PASOS DE UN GRAN CRIMINAL
Cuando apagaron la luz, me dio ganas de reir. Las cosas reanudaron en la oscuridad sus labores, en el punto donde se habian detenido: en un rostro, los ojos bajaron a las conchas nasales y alli hicieron inventario de ciertos valores 6pticos extraviados, llevandolos en seguida; a la escama de un pez llam6 imperiosamente una escama naval; tres gotas de lluvia paralelas detuvieronse a la altura de un umbral, a esperar a otra que no se sabe por que se habia retardado; el guardia de la esquina se song ruidosamente, insistiendo en singular sobre la ventanilla izquierda de la nariz; la grada mas alta y la mas Baja de una escalinata en caracol volvieron a hacerse senas alusivas al ultimo transeiinte que subi6 por ellas. Las cosas, a la sombra, reanudaron sus labores, animadas de libre alegria y se con- ducian como personas en un banquete de alta etiqueta, en que de siibito se apa- gasen las luces y se quedase todo en tinieblas.
Cuando apagaron la luz, realiz6se una mejor distribuci6n de hitos y de marcos en el mundo. Cada ritmo fue a su mttsica; cada fiel de balanza se movi6 lo menos que puede moverse un destino, esto es, hasta casi adquirir presencia absoluta. En general, se produjo un precioso juego, de liberaci6n y de justeza entre las cosas. Yo las vela y me puse contento, puesto que en mi tambien corcoveaba la gracia de la sombra numeral.
No se quien hizo de nuevo luz. El mundo volvi6 a agazaparse en sus raidas pieles: la amarilla del domingo, la ceniza del lunes, la htimeda del martes, la juiciosa del miercoles, la de zapa del jueves, la triste del viernes, la haraposa del sabado. El mundo volvi6 a aparecer asi, quieto, dormido o haciendose el dormido. Una espeluznante arana, de tres patas quebradas, salia de la manga del sabado.
[1927/19281
THE FOOTFALLS OF A GREAT CRIMINAL
When they turned off the lights, I felt like laughing. Things renewed their labors in the dark, at the point where they had been stopped; in a face, the eyes lowered to the nasal shells and took an inventory of certain missing optical powers, retrieving them one by one; a naval scale imperiously summoned the scales of a fish; three parallel raindrops halted at the height of a lintel, awaiting another drop that doesn't know why it has been delayed; the policeman on the corner blew his nose noisily, emphasizing in particular his left nostril; the highest and the lowest steps of a spiral staircase began to make signs to each other that alluded to the last passerby to climb them. Things, in the dark, renewed their labors, animated by an uninhibited happiness, conducting themselves like people at a great ceremonial banquet, where the lights went out and all remained in the dark.
When they turned off the light, a better distribution of boundaries and frames was carried out around the world. Each rhythm was its own music; each needle of
a scale moved as little as a destiny could move, that is to say, until nearly acquiring an absolute presence. In general, a delightful game was created between things, one of liberation and justice. I watched them and grew content, since in myself as well the grace of the numeral dark curvetted.
I don't know who let there be light again. The world began to crouch once more in its shabby pelts: the yellow one of Sunday, the ashen one of Monday, the humid one of Tuesday, the judicious one of Wednesday, sharkskin for Thursday, a sad one for Friday, a tattered one for Saturday. Thus the world reappeared, quiet, sleeping, or pretending to sleep. A hair-raising spider, with three broken legs, emerged from Saturday's sleeve.
CONFLICTO ENTRE LOS OJOS Y LA MIRADA
Muchas veces he visto cosas que otros tambien han visto. Esto me inspira una colera sutil y de puntillas, a cuya intima presencia manan sangre mis flancos soli- darios.
-Ha abierto sol, -le digo a un hombre.
Y el me ha respondido:
- Si. Un sol flavo y dulce.
Yo he sentido que el sol esta, de veras, flavo y dulce. Tengo deseo entonces de preguntar a otro hombre por lo que sabe de este sol. Aquel ha confirmado mi impresion y esta confirmacion me hace dano, un vago dano que me acosa por las costillas. tNo es, pues, cierto que al abrir el sol, estaba yo de frente? Y, siendo asi, aquel hombre ha salido, como desde un espejo lateral, a mansalva, a murmurar, a mi lado: "Si. Un sol flavo y dulce". Un adjetivo se recorta en cada una de mis sienes. No. Yo preguntare a otro hombre por este sol. El primero se ha equivocado o hace broma, pretendiendo suplantarme.
-Ha abierto sol, -le digo a otro hombre.