Residence on Earth (New Directions Paperbook)
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pockets of water converted into iron:
and meetings of terrible mouths
spilt and blue,
and boughs of sorrowful coral
make a garland on his green head,
and sad deceased vegetables
and nocturnal boards surround him,
and in him still sleep half-open doves
with eyes of subterranean cement.
Sweet Count, in the mist,
oh recently awakened from the mines,
oh recently dry from the riverless water,
oh recently spiderless!
Minutes creak in your nascent feet,
your murdered sex rises up,
and you raise your hand where still
lives the secret of the foam.
* * *
*A Spanish poet and satirist (1582-1622).—D.D.W.
VI
EL RELOJ CAÍDO EN EL MAR
Hay tanta luz sombría en el espacio
y tantas dimensiones de súbito amarillas,
porque no cae el viento
ni respiran las hojas.
Es un día domingo detenido en el mar,
un día como un buque sumergido,
una gota de tiempo que asaltan las escamas
ferozmente vestidas de humedad transparente.
Hay meses seriamente acumulados en una vestidura
que queremos oler llorando con los ojos cerrados,
y hay años en un solo ciego signo del agua
depositada y verde,
hay la edad que los dedos ni la luz apresaron,
mucho más estimable que un abanico roto,
mucho más silenciosa que un pie desenterrado,
hay la nupcial edad de los días disueltos
en una triste tumba que los peces recorren.
Los pétalos del tiempo caen inmensamente
como vagos paraguas parecidos al cielo,
creciendo en torno, es apenas
una campana nunca vista,
una rosa inundada, una medusa, un largo
latido quebrantado:
pero no es eso, es algo que toca y
gasta apenas,
una confusa huella sin sonido ni pájaros,
un desvanecimiento de perfumes y razas.
El reloj que en el campo se tendió sobre el musgo
y golpeó una cadera con su eléctrica forma
corre desvencijado y herido bajo el agua temible
que ondula palpitando de corrientes centrales.
VI
THE CLOCK FALLEN INTO THE SEA
There is so much dark light in space
and so many dimensions suddenly yellow
because the wind does not fall
and the leaves do not breathe.
It is a Sunday day arrested in the sea,
a day like a submerged ship,
a drop of time assaulted by scales
that are fiercely dressed in transparent dampness.
There are months seriously accumulated in a vestment
that we wish to smell weeping with closed eyes,
and there are years in a single blind sign of water
deposited and green,
there is the age that neither fingers nor light captured,
much more praiseworthy than a broken fan,
much more silent than a disinterred foot,
there is the nuptial age of the days dissolved
in a sad tomb traversed by fish.
The petals of time fall immensely
like vague umbrellas looking like the sky,
growing around, it is scarcely
a bell never seen,
a flooded rose, a jellyfish, a long
shattered throbbing:
but it’s not that, it’s something that scarcely touches and
spends,
a confused trace without sound or birds,
a dissipation of perfumes and races.
The clock that in the field stretched out upon the moss
and struck a hip with its electric form
runs rickety and wounded beneath the fearful water
that ripples palpitating with central currents.
VUELVE EL OTOÑO
Un enlutado día cae de las campanas
como una temblorosa tela de vaga viuda,
es un color, un sueño
de cerezas hundidas en la tierra,
es una cola de humo que llega sin descanso
a cambiar el color del agua y de los besos.
No sé si se me entiende: cuando desde lo alto
se avecina la noche, cuando el solitario poeta
a la ventana oye correr el corcel del otoño
y las hojas del miedo pisoteado crujen en sus arterias,
hay algo sobre el cielo, como lengua de buey
espeso, algo en la duda del cielo y de la atmósfera.
Vuelven las cosas a su sitio,
el abogado indispensable, las manos, el aceite,
las botellas,
todos los indicios de la vida: las camas, sobre todo,
están llenas de un líquido sangriento,
la gente deposita sus confianzas en sórdidas orejas,
los asesinos bajan escaleras,
pero no es esto, sino el viejo galope,
el caballo del viejo otoño que tiembla y dura.
El caballo del viejo otoño tiene la barba roja
y la espuma del miedo le cubre las mejillas
y el aire que le sigue tiene forma de océano
y perfume de vaga podredumbre enterrada.
Todos los días baja del cielo un color ceniciento
que las palomas deben repartir por la tierra:
la cuerda que el olvido y las lágrimas tejen,
el tiempo que ha dormido largos años dentro de las campanas,
todo,
los viejos trajes mordidos, las mujeres que ven venir la nieve,
las amapolas negras que nadie puede contemplar sin morir,
todo cae a las manos que levanto
en medio de la lluvia.
AUTUMN RETURNS
A day in mourning falls from the bells
like a trembling vague-widow cloth,
it is a color, a dream
of cherries buried in the earth,
it is a tail of smoke that restlessly arrives
to change the color of the water and the kisses.
I do not know if I make myself clear: when from on high
night approaches, when the solitary poet
at the window hears autumn’s steed running
and the leaves of trampled fear rustle in his arteries,
there is something over the sky, like the tongue of a thick
ox, something in the doubt of the sky and the atmosphere.
Things return to their places,
the indispensable lawyer, the hands, the olive oil,
the bottles,
all the traces of life: the beds, above all,
are filled with a bloody liquid,
people deposit their confidences in sordid ears,
assassins go down stairs,
it is not this, however, but the old gallop,
the horse of the old autumn that trembles and endures.
The horse of the old autumn has a red beard
and the foam of fear covers its cheeks
and the air that follows it is shaped like an ocean
and a perfume of vague buried putrefaction.
Every day down from the sky comes an ashen color
that doves must spread over the earth:
the cord that forgetfulness and weeping weave,
time that has slept long years within the bells,
everything,
the old tattered suits, the women who see snow coming,
the black poppies that no one can look at without dying,
everything falls into the hands that I lift
in the midst of the rain.
NO HAY OLVIDO (SONATA)
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bsp; Si me preguntáis en dónde he estado
debo decir “ Sucede.”
Debo de hablar del suelo que oscurecen las piedras,
del río que durando se destruye:
no sé sino las cosas que los pájaros pierden,
el mar dejado atrás, o mi hermana llorando.
Por qué tantas regiones, por qué un día
se junta con un día? Por qué una negra noche
se acumula en la boca? Por qué muertos?
Si me preguntáis de dónde vengo, tengo que conversar con
cosas rotas,
con utensilios demasiado amargos,
con grandes bestias a menudo podridas
y con mi acongojado corazón.
No son recuerdos los que se han cruzado
ni es la paloma amarillenta que duerme en el olvido,
sino caras con lágrimas,
dedos en la garganta,
y lo que se desploma de las hojas:
la oscuridad de un día transcurrido,
de un día alimentado con nuestra triste sangre.
He aquí violetas, golondrinas,
todo cuanto nos gusta y aparece
en las dulces tarjetas de larga cola
por donde se pasean el tiempo y la dulzura.
Pero no penetremos más allá de esos dientes,
no mordamos las cáscaras que el silencio acumula,
porque no sé qué contestar:
hay tantos muertos,
y tanos malecones que el sol rojo partía,
y tantas cabezas que golpean los buques,
y tantas manos que han encerrado besos,
y tantas cosas que quiero olvidar.
THERE IS NO OBLIVION (SONATA)
If you ask me where I have been
I must say “It so happens.”
I must speak of the ground darkened by the stones,
of the river that enduring is destroyed:
I know only the things that the birds lose,
the sea left behind, or my sister weeping.
Why so many regions, why does a day
join a day? Why does a black night
gather in the mouth? Why dead people?
If you ask me where I come from, I have to converse with
broken things,
with utensils bitter to excess,
with great beasts frequently rotted
and with my anguished heart.
Those that have crossed paths are not memories
nor is the yellowish dove that sleeps in oblivion,
they are tearful faces,
fingers at the throat,
and what falls down from the leaves:
the darkness of a day gone by,
of a day nourished with our sad blood.
Here are violets, swallows,
everything that pleases us and that appears
in the sweet long-trained cards
around which stroll time and sweetness.
But let us not penetrate beyond those teeth,
let us not bite the shells that silence gathers,
because I do not know what to answer:
there are so many dead,
so many sea walls that the red sun split,
and so many heads that beat against the ships,
and so many hands that have cradled kisses,
and so many things that I want to forget.
JOSIE BLISS
Color azul de exterminadas fotografías,
color azul con pétalos y paseos al mar,
nombre definitivo que cae en las semanas
con un golpe de acero que las mata.
Qué vestido, qué primavera cruza,
qué mano sin cesar busca senos, cabezas?
El evidente humo del tiempo cae en vano,
en vano las estaciones,
las despedidas donde cae el humo,
los precipitados acontecimientos que esperan con espada:
de pronto hay algo,
como un confuso ataque de pieles rojas,
el horizonte de la sangre tiembla, hay algo,
algo sin duda agita los rosales.
Color azul de párpados que la noche ha lamido,
estrellas de cristal desquiciado, fragmentos
de piel y enredaderas sollozantes,
color que el río cava golpeándose en la arena,
azul que ha preparado las grandes gotas.
Tal vez sigo existiendo en una calle que el aire hace llorar
con un determinado lamento lúgubre de tal manera
que todas las mujeres visten de sordo azul:
yo existo en ese día repartido,
existo allí como una piedra pisada por un buey,
como un testigo sin duda olvidado.
Color azul de ala de pájaro de olvido,
el mar completamente ha empapado las plumas,
su ácido degradado, su ola de peso pálido
persigue las cosas hacinadas en los rincones del alma,
y en vano el humo golpea las puertas.
Ahí están, ahí están
los besos arrastrados por el polvo junto a un triste navío,
ahí están las sonrisas desaparecidas, los trajes que una mano
sacude llamando el alba:
parece que la boca de la muerte no quiere morder rostros,
dedos, palabras, ojos:
ahí están otra vez como grandes peces que completan el cielo
con su azul material vagamente invencible.
JOSIE BLISS*
Blue color of exterminated photographs,
blue color with petals and walks to the sea,
definitive name that falls upon the weeks
with a steely blow that kills them.
What dress, what spring crosses by,
what hand endlessly seeks breasts, heads?
The evident smoke of time falls in vain,
in vain the seasons,
the farewells where the smoke falls,
the precipitous events that wait with a sword:
suddenly there is something,
like a confused attack of redskins,
the blood’s horizon trembles, there is something,
something is surely shaking the rosebushes.
Blue color of eyelids licked by the night,
stars of unhinged crystal, fragments
of skin and sobbing vines,
color that the river digs smashing on the sand,
blue that has prepared the big drops.
Perhaps I go on existing on a street that the air makes weep
with a determined lugubrious lament so
that all the women dress in dull blue:
I exist in that distributed day,
I exist there like a stone stepped on by an ox,
like a witness without doubt forgotten.
Blue color of the wing of a bird of oblivion,
the sea has completely drenched the feathers,
its degraded acid, its wave of pallid weight
pursues things piled up in the corners of the soul,
and smoke beats in vain against the doors.
There they are, there they are,
the kisses dragged through the dust next to a joyless warship,
there are the vanished smiles, the suits that a hand
shakes calling to the dawn:
it seems that death’s mouth does not want to bite faces,
fingers, words, eyes:
there they are again like great fish that complete the sky
with their vaguely invincible blue matter.
* * *
*The English name adopted by a Burmese who developed a passionate love for and jealousy of Neruda. He had to abandon her to save his life.—D.D.W.
THIRD RESIDENCE 1935-45
(Tercera residencia)
I
LA AHOGADA DEL CIELO
Tejida mariposa, vestidura
colgada de los árboles,
ahogada en cielo, derivada
entre
rachas y lluvias, sola, sola, compacta,
con ropa y cabellera hecha jirones
y centros corroídos por el aire.
Inmóvil, si resistes
la ronca aguja del invierno,
el río de agua airada que te acosa. Celeste
sombra, ramo de palomas
roto de noche entre las flores muertas:
yo me detengo y sufro
cuando como un sonido lento y lleno de frío
propagas tu arrebol golpeado por el agua.
I
THE DROWNED WOMAN OF THE SKY
Woven butterfly, garment
hung from the trees,
drowned in sky, derived
amid squalls and rains, alone, alone, compact,
with clothes and tresses torn to shreds
and centers corroded by the air.
Motionless, if you withstand
the raucous needle of winter,
the river of angry water that harasses you. Celestial
shadow, dove branch
broken by night among the dead flowers:
I stop and suffer
when like a slow and cold-filled sound
you spread your red glow beaten by the water.
ALIANZA (SONATA)
Ni el corazón cortado por un vidrio
en un erial de espinas,
ni las aguas atroces vistas en los rincones
de ciertas casas, aguas como párpados y ojos,
podrían sujetar tu cintura en mis manos
cuando mi corazón levanta sus encinas
hacia tu inquebrantable hilo de nieve.
Nocturno azúcar, espíritu
de las coronas,
redimida
sangre humana, tus besos
me destierran,
y un golpe de agua con restos del mar
golpea los silencios que te esperan