by Alice Walker
de besar
¡de decir te amo!
a cada hoja, flor
insecto
o hechicero
que atrapa tu
imaginación y/o tu corazón.
Nunca dejes pasar
una oportunidad
de besar:
ese dulce, vano
pero delicioso
intento
de tocar y
experimentar
la
más secreta
Conciencia
de un Ser
que podrías
jamás conocer.
* Ndaaba, My Children (Ndaaba, mis hijos), de Credo Mutwa
Never Pass Up an Opportunity to Kiss
Especially for our daughters and their families in Nigeria
Never pass up
an opportunity
to kiss:
the world has ended
& begun again
many times
before;
if we are to believe
the African Bible*
transcribed for
our frightened era
by Credo Mutwa.
Three deep bows.
Yes, never pass up
an opportunity
to kiss—
to say I love you!
to every leaf, flower
bug
or warlock
that catches your
fancy and/or your heart.
Never pass up
an opportunity
to kiss:
that sweet futile
but delectable
attempt
to touch &
to experience
the
most secret
Consciousness
of a Being
you may never
know.
* Ndaaba, My Children, by Credo Mutwa
La edad de hierro, la edad del dolor
para Yusuf
¿Adónde vamos cuando morimos?
preguntó la niñita.
Y El Anciano que vive
dentro de cada niño le contestó:
Vas al mismo sitio adonde vas
cada noche cuando duermes.
Y por tanto los padres de James
el hombre degollado
cuyo rostro era valiente y apacible y amable
dicen verdad al decir que está con Dios
si por tal entienden
el lugar donde Todo lo que Es
reside.
Acto IV La Edad de Hierro
El cuarto acto muestra el escenario del mundo en absoluta oscuridad, ilusión y desespero. Ha habido una decadencia extrema en los valores morales, éticos y espirituales. Los seres humanos han sido encadenados a las columnas de prácticas y hábitos inmorales. El dolor y la intranquilidad generalizados se han vuelto la norma de la existencia humana. El mundo está dividido en numerosos grupos, muchos de los cuales se enfrentan en fuertes juegos de poder condicionados por el interés propio y la conveniencia. La familia humana se halla en un punto de ruptura. Mientras transcurre la noche, la población incrementa exponencialmente hasta que los recursos del planeta alcanzan sus límites.
—El Brahma Kumaris
The Iron Age, the Age of Sorrow
for Yusuf
Where do we go when we die?
the little child asked.
And the Ancient One who lives
within all little children said to her:
You go to the very same place you go to
each night when you fall asleep.
And therefore the parents of James
the beheaded one
whose face was brave and gentle and kind
are right to say he is with God
if by that they mean
the place where All That Is
resides.
Act IV The Iron Age
Act Four finds the stage of the world in total darkness, illusion and despair. There has been an extreme decline in moral, ethical and spiritual values. Human beings are chained to the pillars of immoral practices and habits. Widespread sorrow and unrest have become the norm of human experience. The world is divided into many groups, many of which are pitted against each other in games of power conditioned by self-interest and expediency. The human family is at a breaking point. As the night wears on, the population explodes exponentially until the planet’s resources reach their limits.
—The Brahma Kumaris
Cuando un poeta muere
para Samih al-Qasim
Mientras un poeta muere
todos los árboles marchitan sus ramas
no las dejan caer
pero las cuelgan como mangas vacías:
el sol se ve, si acaso, a través de una niebla
que él se fabricara
con las saladas aguas
que el mar arroja.
Pero cuando un poeta muere
hay alegría en todo el cielo
y en la tierra
y los árboles crujen alto
y los soles brillan ferozmente
y los océanos rugen.
Eso es porque el poeta
está viajando
por fin de regreso
a la fuente del Sonido
donde todas las cosas viven por siempre;
el cuerpo dejado atrás
ni tan siquiera es una memoria
para las Divinidades
que por tanto tiempo
y casi siempre inadvertidas
han compartido
la brillante senda.
When a Poet Dies
for Samih al-Qasim
While a poet is dying
all the trees droop their branches
not drop them
but let them hang like empty sleeves:
the sun is seen, if at all, through a mist
it made itself
from the salty water
the ocean sprays.
But when a poet dies
there is happiness in all the heavens
and in earth
and trees rustle loudly
and suns shine fiercely
and oceans roar.
That is because the poet
is journeying
at last returning
to the source of Sound
where all things forever live; the body
left behind not even a memory
to Divinities
that for so long
and mostly unnoticed
have shared
the bright path.
El lenguaje de las bombas
Muy querido Zainab,
cada vez que mi país bombardea el tuyo,
pienso en ti.
Quiere decir que con frecuencia estás en mi mente.
Pienso a menudo en los que bombardean
y en lo poco que pueden ver
de lo que está debajo de ellos.
Muchos que regresaron
de anteriores “misiones”
dijeron que solo después,
cuando volvieron
y vieron el lugar
que bombardearon
fue que se percataron
de que los iraquíes sembraban
cereal
que cubrían millas
del “desierto”
de brillante verde.
Pienso en lo mucho que te gusta el verde. Y en cómo, cuando me visitas,
me aseguro de que la ventana de tu cuarto no tenga otra vista que esa.
Es nuestra ignorancia, Zainab,
la que nos está matando también
al igual que a tus familiares
y amigos.
A nuestros hijos adolescentes
y nietos
en especial:
abatidos y dejados
como animales arrollados
en medio de la calle.
¿Qué podemos decir
de la locura que
se ha apoderado de nuestro mu
ndo?
Los Codiciosos tan salvajemente
mostrando su hambre. Tan aterrados
que morirán de
viejos
sin haber sentido en verdad
—más allá del hambre infinita—
la menor satisfacción.
Si tan solo hubieran admitido
conocer mejor
su miedo
lo suficiente para involucrarse,
mirándose a los ojos, directamente,
con el temido “Otro”.
Si tan solo hubieran aprendido
a sentarse con la gente
a quien intentaban robar
y notar, con piedad, la fácilmente
combustible pobreza
de sus ropas.
Y no hablarles a ellos ahora
en el lenguaje del ostentoso
aunque fatalmente hombre vacío
el lenguaje de las bombas.
The Language of Bombs
Dearest Zainab,
whenever my country bombs your country,
I think of you.
Which means you are frequently on my mind.
I often think of the bombers
and how little they can see
of what is below them.
Many who returned
from earlier “missions”
said it was only later,
when they went back
and saw the ground
they bombed
that they realized
Iraqis planted
cereal grains
that covered miles
of “desert”
in brilliant green.
I think of how much you like green. And how, when you visit me
I make sure a window from your room looks out into nothing else.
It is our ignorance, Zainab,
that is killing us too
as well as your relatives
and friends.
Our teenage sons
and grandsons
especially:
shot down and left
like roadkill
in the street.
What can we say
of the madness that
has gripped our world?
The Greedy so savagely
exhibiting their starvation. So fearful
they will die of old
age
without having truly felt
—beyond bottomless hunger—
any fullness at all.
If only they could have let themselves
become acquainted
with their fear
enough to engage,
eye to eye, directly,
with the dreaded “Other.”
If only they could have learned
to sit with the people
they intended to rob
and to notice, with compassion, the easily
ignitable thinness
of their clothes.
And not now speak to them
in the language of the inflated
though fatally empty man
the language of bombs.
Hablándole a Hamás
Huda Naim, democráticamente
electo dirigente,
no sé cómo les va a ti
y a tus hijos
pero cada día pienso en ti.
¿Sabías que antes de salir de los Estados Unidos
los voceros de nuestro gobierno
nos advirtieron: no deben hablar con nadie
de Hamás
como si fuéramos niños pequeños
a quienes debe alertarse
de no hablar con extraños?
Sin embargo,
en el momento en que oímos:
alguien de Hamás está aquí
para hablar con nosotros
cada una de las mujeres
se apresuró a ver quién era.
Tuve que reírme, éramos tan típicas
en ese sentido. Una de las razones por las que he disfrutado
tanto
de ser quien soy. Curiosa. Una mujer. Olvidadiza de consejos.
E imagina nuestra sorpresa,
nuestro placer,
cuando el temible “terrorista” contra el que nos
habían alertado —que imaginábamos en uniforme de batalla
y cargando al hombro un largo y negro
lanzacohetes—
resultó que eras tú:
digno, sonriente, tus ojos mirando
directamente a los nuestros.
¿Y de qué hablamos? Principalmente
de nuestros hijos. Tus cinco. Nuestros dos o tres
o uno. De cómo queríamos, todos, un mundo cuerdo
para ellos.
Ay, Huda Naim, cuánto espero que un día
conozcas
a nuestra hermana israelí, Nurit, y a nuestro hermano
Miko. Sé que te agradarán como a mí.
Y los jóvenes que rechazan unirse
al ejército de ocupación
y que en vez van
a la cárcel
y los viejos, como Uri, que de algún modo
resisten.
Hay tanta gente noble
en tu tierra torturada.
Y me pregunto si conoces
a Natalya,
la poeta que estuvo con nosotros
después
en Ramallah.
Nuestra Natalia que le escribe poemas al mundo y me envía emails
mientras las bombas caen alrededor de su
refugio: “Alice, no puedo respirar. Nuestros corazones
se han detenido”.
Me siento y me estrujo las manos,
al fin bastante vieja y bastante triste
y bastante patética en mi impotencia
para hacer esto.
Huda Naim, ruego que tú y tus hijos
toda tu familia
todos tus mundos
estén a salvo.
¿Mas cómo puede ser
con las bombas israelíes
y ahora los rifles de asalto
y los tanques
arrasando
tus barrios?
Lloraría
pero las lágrimas parecen haberse agotado
por el terror y el amor
que siento por ti.
El mundo ha despertado al fin
a tu verdadero rostro, Huda Naim.
El mundo se ha
levantado. Aunque está tan
habituado a dormir.
El mundo entero está de pie, gritando su rudo despertar
por las calles.
Ese es el beneficio
que veo, hasta ahora,
de la mundialmente presenciada
gran venta de liquidación
del dolor de
tu pueblo.
Aun así, he visto al mundo despertar
antes. Cuando ha despertado antes
se ha movido.
Talking to Hamas
Huda Naim, democratically
elected official,
I do not know how it goes with you
and your children
but every day I am thinking of you.
Did you know that before we left the US
our government spokespeople
told us: you mustn’t speak to anyone
from Hamas
as if we were little children
who must be warned
not to speak to strangers.
However,
the moment we heard:
someone from Hamas is here
to talk to us
every single woman
rushed to see who it was.
I had to laugh, we were so typical
in that way. One of the reasons I have enjoyed
so much
being what I am. Curious. A woman. Forgetful of advice.
And imagine our surprise
our delight,
when the dreaded “terrorist” we w
ere warned
against—that we envisioned in battle fatigues
and shouldering a long black
rocket launcher—
turned out to be you:
portly, smiling, your eyes looking
directly into ours.
And what did we talk about: mostly
our children. Your five. Our twos and threes.
Or one. How we wanted, all of us, a sane world
for them.
Ah, Huda Naim, how I hope one day
that you will meet
our Israeli sister, Nurit, and our brother,
Miko. I know you will like them, as I do.
And the young ones refusing to join
the occupation army
but going instead
to jail
and the old ones, like Uri, somehow
holding on.
There are so many good people
in your tortured land.
And I wonder if you know
Natalya,
the poet who was with us
later
in Ramallah.
Our Natalya who writes poems to the world and emails to me
as the bombs fall around her sheltering
place: “Alice, I cannot breathe. Our hearts
have stopped.”
I sit, and wring my hands,
at last old enough and sad enough,
and pathetic enough in my impotence
to do this.
Huda Naim, I pray you and your children
your whole family
all your worlds
are safe.
Yet how can it be
with Israeli bombs
and now assault rifles
and tanks
demolishing
your neighborhoods?
I would weep
but tears seem dried out
by the terror and love
I feel for you.
The world has awakened at last
to your true face, Huda Naim.
The world has woken
up. Though it is so used
to being asleep.
The whole world is standing, shouting its rude awakening
in the street.
That is the profit
I see, so far,
from the globally witnessed
fire sale
of your people’s
pain.
Still, I have seen the world wake up
before. When it has woken up before
it has moved.
No te rindas (hermoso niño, otro yo)
Lo que fingirán desconocer
cuando estés herido
es lo terrible que te sientes ahora.
Es muy difícil imaginarse viviendo
sin una parte
de tu ser.
Cada brazo o pierna
u ojo
o pie
que funcione
no importa de quién sea
despertará tu envidia.
Te odiarás