Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition)

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Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition) Page 20

by Antonio Machado


  which is over and never was,

  and which today has graying hair.

  34 A famous bullfighter.

  Llanto de las virtudes y coplas

  por la muerte de Don Guido

  Al fin, una pulmonía

  mató a don Guido, y están

  las campanas todo el día

  doblando por él: ¡din-dan!

  Murió don Guido, un señor

  de mozo muy jaranero,

  muy galán y algo torero;

  de viejo, gran rezador.

  Dicen que tuvo un serrallo

  ste señor de Sevilla;

  que era diestro

  en manejar el caballo

  y un maestro

  en refrescar manzanilla.

  Cuando mermó su riqueza,

  era su monomanía

  pensar que pensar debía

  en asentar la cabeza.

  Y asentóla

  de una manera española,

  que fue casarse con una

  doncella de gran fortuna;

  y repintar sus blasones,

  hablar de las tradiciones

  de su casa,

  escándalos y amoríos

  poner tasa,

  sordina a sus desvarios.

  Gran pagano,

  se hizo hermano

  de una santa cofradía;

  el Jueves Santo salía,

  llevando un cirio en la mano

  —¡aquel trueno!—,

  vestido de nazareno.

  Hoy nos dice la campana

  que han de llevarse mañana

  al buen don Guido, muy serio,

  camino del cementerío.

  Buen don Guido, ya eres ido

  y para siempre jamás...

  Alguien dirá: ¿Qué dejaste?

  Yo pregunto: ¿Que llevaste

  al mundo donde hoy estás?

  ¿Tu amor a los alamares

  y a las sedas y a los oros,

  y a la sangre de los toros

  y al humo de los altares?

  Buen don Guido y equipaje,

  ¡buen viaje!...

  El acá

  y el allá,

  caballero,

  se ve en tu rostro marchito,

  lo infinito:

  cero, cero.

  ¡Oh las enjutas mejillas,

  amarillas,

  y los párpados de cera,

  y la fina calavera

  en la almohada del lecho!

  ¡Oh fin de una aristocracia!

  La barba canosa y lacia

  sobre el pecho;

  metido en tosco sayal,

  las yertas manos en cruz,

  ¡tan formal!

  el caballero andaluz.

  Lament for His Virtues and Verses, on the Death of Don Guido

  It was pneumonia in the end

  that killed don Guido, and all day long

  the bells are tolling and commend

  him. Ding-dong!

  Don Guido died, a gentleman.

  A lady’s man, his joy

  was being gallant and a bullfight fan.

  When old, prayers were his toy.

  This gentleman, they say,

  kept a harem in Sevilla;

  he was a horseman in his day,

  and master

  in downing cool manzanilla.

  When his riches shrank

  he had an obsession:

  he thought he could think

  his head into self-possession.

  So he settled down

  in a truly Spanish way

  which was to marry

  a young girl with a great fortune.

  Then he repainted his blazonry

  and spoke of the fame

  of the family name, and cut down

  on scandals and cuckoldry.

  A great pagan,

  he became a brother

  in a sacred fraternity,

  and on Holy Thursday

  he paraded with a candle in his hand,

  (that madman!)

  dressed as a penitent.

  Today the bell gives warning

  of tomorrow in the morning

  when they’ll take don Guido’s solemn face

  out to his burial place.

  Good don Guido, you are gone

  and now forever. One may say ...

  “What did you leave?” I ask, “When done,

  what did you give to the world today?

  Will it be your love for braids

  of silk or gold on your coat,

  or the blood of bulls

  and altar-candle smoke?”

  Good don Guido and baggage,

  bon voyage!...

  The once here,

  and now there,

  gentleman

  shows in your wasted face

  the infinite:

  zero, zero.

  Oh, the hollow cheeks

  now yellow

  and the eyelids of wax

  and the fine skull

  on the deathbed pillow!

  O end of an aristocracy!

  The white beard and lace

  lying across his chest.

  He is dressed

  as a sackcloth monk,

  and lying on the cross his stiff hand.

  Completely formal,

  the Andalusian gentleman!

  Proverbios y cantares

  1

  Nunca perseguí la gloria

  ni dejar en la memoria

  de los hombres mi canción;

  yo amo los mundos sutiles,

  ingrávidos y gentiles

  como pompas de jabón.

  Me gusta verlos pintarse

  de sol y grana, volar

  bajo el cielo azul, temblar

  súbitamente y quebrarse.

  2

  ¿Para que llamar caminos

  a los surcos del azar?...

  Todo el que camina anda,

  como Jesús, sobre el mar.

  4

  Nuestras horas son minutos

  cuando esperamos saber,

  y siglos cuando sabemos

  lo que se puede aprender.

  5

  Ni vale nada el fruto

  cogido sin sazón...

  Ni aunque te elogie un bruto

  la de tener razón.

  6

  De lo que llaman los hombres

  virtud, justicia y bondad,

  una mitad es envidia,

  y la otra no es caridad.

  10

  La envidia de la virtud

  hizo a Caín criminal.

  ¡Gloria a Caín! Hoy el vicio

  es lo que se envidia más.

  11

  La mano del piadoso nos quita siempre honor;

  mas nunca ofende al darnos su mano el lidiador.

  Virtud es fortaleza, ser bueno es ser valiente;

  escudo, espada y maza llevar bajo la frente;

  porque el valor honrado de todas armas viste:

  no sólo para, hiere, y más que aguarda, embiste.

  Que la piqueta arruine y el látigo flagele;

  la fragua ablande el hierro, la lima pula y gaste,

  y que el buril burile, y que el cincel cincele,

  la espada punce y hienda y el gran martillo aplaste.

  12

  Ojos que a la luz se abrieron

  un día para, después,

  ciegos tornar a la tierra,

  hartos de mirar sin ver!

  15

  Cantad conmigo a coro: Saber, nada sabemos,

  de arcano mar venimos, a ignota mar iremos...

  Y entre los dos misterios está el enigma grave;

  tres arcas cierra una desconocida llave.

  La luz nada ilumina y el sabio nada enseña.

  ¿Qué dice la palabra? ¿Qué el agua de la peña?

  21

  Ayer soñé que veía

  a Dios y que a Dios hablaba;

  y soñé que Dios me oía...

  Desp
ués soñé que soñaba.

  22

  Cosas de hombres y mujeres,

  los amoríos de ayer,

  casi los tengo olvidados,

  si fueron alguna vez.

  23

  No extrañéis, dulces amigos,

  que esté mi frente arrugada:

  yo vivo en paz con los hombres

  y en guerra con mis entrañas.

  24

  De diez cabezas, nueve

  embisten y una piensa.

  Nunca extrañéis que un bruto

  se descuerne luchando por la idea.

  28

  Todo hombre tiene dos

  batallas que pelear:

  en sueños lucha con Dios;

  y despierto, con el mar.

  29

  Caminante, son tus huellas

  el camino, y nada más;

  caminante, no hay camino,

  se hace camino al andar.

  Al andar se hace camino,

  y al volver la vista atrás

  se ve la senda que nunca

  se ha de volver a pisar.

  Caminante, no hay camino,

  sino estelas en la mar.

  31

  Corazón, ayer sonoro,

  ¿ya no suena

  tu monedilla de oro?

  Tu alcancía,

  antes que el tiempo la rompa,

  ¿se irá quedando vacía?

  Confiemos

  en que no será verdad

  nada de lo que sabemos.

  32

  ¡Oh fe del meditabundo!

  ¡Oh fe después del pensar!

  Sólo si viene un corazón al mundo

  rebosa el vaso humano y se hincha el mar.

  35

  Hay dos modos de conciencia:

  una es luz, y otra, paciencia.

  Una estriba en alumbrar

  un poquito el hondo mar;

  otra, en hacer penitencia

  con caña o red, y esperar

  el pez, como pescador.

  Dime tú: ¿Cuál es mejor?

  ¿Conciencia de visionario

  que mira en el hondo acuario

  peces vivos,

  fugitivos,

  que no se pueden pescar,

  o esa maldita faena

  de ir arrojando a la arena,

  muertos, los peces del mar?

  36

  Fe empirista. Ni somos ni seremos.

  Todo nuestro vivir es emprestado.

  Nada trajimos; nada llevaremos.

  37

  ¿Dices que nada se crea?

  No te importe, con el barro

  de la tierra, haz una copa

  para que beba tu hermano.

  41

  Bueno es saber que los vasos

  nos sirven para beber;

  lo malo es que no sabemos

  para qué sirve la sed.

  42

  ¿Dices que nada se pierde?

  Si esta copa de cristal

  se me rompe, nunca en ella

  beberé nunca jamás.

  43

  Dices que nada se pierde

  y acaso dices verdad,

  pero todo lo perdemos

  y todo nos perderá.

  44

  Todo pasa y todo queda,

  pero lo nuestro es pasar,

  pasar haciendo caminos,

  caminos sobre la mar.

  45

  Morir... ¿Caer como gota

  de mar en el mar inmenso?

  ¿O ser lo que nunca he sido:

  uno, sin sombra y sin sueño,

  un solitario que avanza

  sin camino y sin espejo?

  46

  Anoche soñé que oía

  a Dios, gritándome: ¡Alerta!

  Luego era Dios quien dormía,

  y yo gritaba: ¡Despierta!

  47

  Cuatro cosas tiene el hombre

  que no sirven en la mar:

  ancla, gobernalle y remos,

  y miedo de naufragar.

  48

  Mirando mi calavera

  un nuevo Hamlet dirá:

  He aquí un lindo fósil de una

  careta de carnaval.

  49

  Ya noto, al paso que me torno viejo,

  que en el inmenso espejo,

  donde orgulloso me miraba un día,

  era el azogue lo que yo ponía.

  Al espejo del fondo de mi casa

  una mano fatal

  va rayendo el azogue, y todo pasa

  por él como la luz por el cristal.

  50

  —Nuestro español bosteza.

  ¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?

  Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?

  —El vacío es más bien en la cabeza.

  51

  Luz del alma, luz divina,

  faro, antorcha, estrella, sol...

  Un hombre a tientas camina;

  lleva a la espalda un farol.

  54

  Ya hay un español que quiere

  vivir y a vivir empieza,

  entre una España que muere

  y otra España que bosteza.

  Españolito que vienes

  al mundo, te guarde Dios.

  Una de las dos Españas

  ha de helarte el corazón.

  Proverbs and Songs

  1

  I never looked for glory,

  or to leave my song

  as a human memory.

  I love the subtle worlds,

  elegant and delicate

  like soap bubbles.

  I like to see them painted

  in sun and scarlet grain,

  soar below the blue sky,

  quiver suddenly and break.

  2

  Why call roads

  the furrows of chance?

  All who walk stroll

  like Jesus on the sea.

  4

  Our hours are minutes

  when we hope to know,

  and centuries when we know

  what can be learned.

  5

  A fruit is nothing

  picked out of season.

  Even a brute’s praise

  won’t stand to reason.

  6

  Out of what people call

  virtue, justice and goodness to all,

  one half of it is envy

  and the other isn’t charity.

  10

  Envy of virtue

  made Cain a criminal galore.

  Glory to Cain! Today, vice

  is envied more.

  11

  The hand of the pious man always steals our honor

  yet he never slights when lending us his fist as brawler.

  Virtue is a fortress; being good is brave and blunt;

  a shield, sword, and club you carry to the front

  since honorable courage, dressed in all its arms,

  not only parries and wounds, but stiffens to charge.

  Let the pickaxe tear apart and the bullwhip scourge,

  let the rasp grind, smoothing iron softened in the forge,

  let the burin gouge out holes and the chisel gash,

  let the sword pierce and split, and the great hammer smash.

  12

  Eyes that open to light

  stop on a later day, and

  blind, turn to the earth,

  sick of looking without sight.

  15

  Let us sing together. Knowing? Nothing we know.

  From hidden sea we came, to unknown sea we go.

  A grave puzzle stands between the double mystery

  and three chests are locked by an unknown key.

  Light illumines nothing and the sage teaches nothing

  under his frock.

  What has the word to say? Or water in the rocks?

  21

  Last night I dreamed I saw

  God, and was talking to God,

  and dreamed that God heard me.

&nbs
p; Then I dreamed I was dreaming.

  22

  Things of men and women:

  ancient love affairs

  for me almost forgotten,

  if they ever were.

  23

  Don’t be surprised, good friends,

  if on my forehead you find ruts.

  I live in peace with people

  and am at war with my guts.

  24

  Out of ten heads, nine attack

  and one thinks without fear.

  Don’t be surprised when a thug

  insanely pushes an idea.

  28

  Everyone has two

  battles to wage ceaselessly:

  in dreams wrestling with God,

  and awake with the sea.

  29

  Walker, your footsteps

  are the road, and nothing more.

  Walker, there is no road,

  the road is made by walking.

  Walking you make the road,

  and turning to look behind

  you see the path you never

  again will step upon.

  Walker, there is no road,

  only foam trails on the sea.

  31

  Heart, once resonant,

  does your small gold coin

  no longer jingle and clink?

  Before time cracks

  your piggy bank,

  will it remain empty?

  Let us be confident:

  there will be no truth

 

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