Muchos fans han protestado porque consideran que Rowling inventó este dato recientemente para llamar la atención de la prensa (¡como si lo necesitase!), pero no faltarán las dobles lecturas de la saga. Las cartas que Albus y Gellert se enviaban a medianoche podrían ser más que de amistad, pero Rowling ha dejado claro que el amor no era correspondido. Si bien Grindelwald sospechaba el verdadero interés de su amigo, sacó provecho de él para ganar más poder y admiración.
Dumbledore nunca volvió a confiar en sus propios sentimientos después de este desengaño, así que lejos de seguir una vida amorosa plena prefirió refugiarse en sus libros. Es triste que el personaje que más habló de amor se prohibiese a sí mismo sentirlo, pero el director de Hogwarts no quiso volver a repetir aquello de «por el bien mayor»…
¿Qué edad tenía al morir?
Tenía 116 años, una edad nada desdeñable. Albus Dumbledore nació en Moho-En-El-Páramo en algún momento del verano de 1881, y falleció en junio de 1997. La misma Rowling corrigió su edad recientemente, después de mucho tiempo sosteniendo que el viejo profesor tenía unos 150 años (los magos viven más que los muggles, ¡pero no tanto!). Sin embargo, la nueva fecha de nacimiento suscita algunas contradicciones con los libros, ya que difícilmente podía cartearse en 1899 con Adalbert Waffling, el famoso teórico mágico, si éste todavía era un niño.
Tampoco acertó con su fecha de fallecimiento, que dató en 1996 cuanto el hechicero se convirtió en mago del mes de JKRowling.com. La confusión probablemente tuvo su origen en que el libro en que muere Dumbledore, Harry Potter y el Príncipe Mestizo, empieza en 1996. Sin embargo, el final se sitúa en junio de 1997, aunque es un error menor para alguien que reconoce profundas lagunas con las matemáticas. Los más acérrimos seguidores sugieren que Rowling le dio por muerto en 1996, ya que al tocar el anillo se había sentenciado. La teoría no tiene fundamento, porque sería lo mismo que decir que Dumbledore «no existió» entre 1996 y 1997.
Pero que nadie se alarme, porque no es la primera vez que comete un error parecido: también en su página web, la escritora marca 1997 como la fecha de muerte de Fred Weasley, y aquí sí que no sirven excusas como que había tocado un anillo. Fred murió en mayo de 1998, pero dado que el libro comenzaba un año atrás, la confusión de Rowling fue la misma.
Mucho más que un mago
Dumbledore pasará a la historia como uno de los magos más poderosos de la historia, y sin embargo lo que le hizo sentir más orgulloso fue aparecer en los Cromos de Magos Famosos de las ranas de chocolate, prueba de su humildad y sentido del humor tan característicos. Fundador de la Orden del Fénix, fue él quien inventó el sistema de comunicación infalible a través de patronus (y el suyo, naturalmente, es un fénix como Fawkes).
Pero además de sus triunfos también guardó sus sueños. El más profundo fue el que se le aparecía en el Espejo de Oesed, porque naturalmente mentía cuando le dijo a Harry que quería unos calcetines nuevos. Su ilusión era verse junto a su familia, con sus padres y hermanos, habiendo sido perdonado por sus errores de adolescencia. Precisamente la forma que adoptaba un boggart frente a Albus era el cadáver de su hermana Ariana, demostrando el sentido de culpa que le acompañó toda su vida. Durante los diez años que duró la espera del séptimo libro, Rowling se resistió a decir cuál era el mayor temor del director. De haberlo hecho, todos los fans hubiesen descubierto su pasado oscuro, tirando al suelo una de las mayores sorpresas del desenlace.
Desconocido (por ahora…)
Rowling no ha querido responder a todos los interrogantes sobre Dumbledore, y algunos los ha dejado en el tintero a la espera de una mejor oportunidad. Algunas preguntas a las que resiste implacable son los Doce Usos de la Sangre de Dragón que le hicieron célebre, igual que la explicación de la cicatriz de su pierna con forma del metro de Londres. El misterio de la fractura de su nariz (que está torcida hacia la derecha, a juzgar por varios dibujos de Rowling) ya fue resuelto en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, aunque las dos heridas podrían estar relacionadas. El hechizo que intentó realizar en la Batalla del Ministerio de Magia tampoco ha sido revelado a pesar de la insistencia de los fans, aunque es posible que ignorase la pregunta más por no tener pensada la respuesta que por reservarse una nueva historia para el futuro.
Aunque la primera impresión es la de una familia muggle despreciable, cada uno de ellos tiene su propio perfil psicológico de acuerdo con las circunstancias de su infancia y vida adulta. Tío Vernon, por ejemplo, es el personaje que Rowling más detesta de la saga gracias a su intolerancia por todo lo que no conoce. Ni siquiera tiene una razón para ser como es, como sí ocurre con Petunia y su hijo Dudley.
PETUNIA
La señora Dursley desafió todas las teorías de los fans cuando en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte se descubrió su ferviente deseo de ser una bruja, hecho que ocultó incluso a su hermana. Aquel sueño le hizo más humana y menos mala, aunque nunca tuvo el valor de pedir perdón a su sobrino. Cuando se despide de él en 1997, lo que en realidad quiere decir es: «Sé contra lo que estás luchando, y espero que estés bien». Demasiados años de odio le impidieron formular la frase.
Tenemos que volver dos años atrás para recordar el vocifeador que recibió Petunia, aquel de «Recuerda mi última». Lo mandó Dumbledore y se refería a una carta enviada con anterioridad, en la que le explicó con amabilidad por qué ella no podía ser bruja como su hermana. Por lo visto no fue la única vez que se escribieron, aunque ni Vernon estaba enterado de esto.
¿Qué papel le reservaba a Petunia?
Cuando la saga todavía no se había publicado por completo, Rowling adelantó que un personaje adulto que nunca había hecho magia… ¡la haría!
Los fans no conocían tantos muggles como para errar en sus apuestas, y Petunia se perfiló como la opción más válida. ¿En qué momento haría su primer hechizo, y bajo qué circunstancias? ¿Cómo le afectaría esto a ella? ¿¡Y a tío Vernon!? Pero se publicó el quinto libro, el sexto y también el séptimo, y no hubo ni rastro del famoso personaje. Decepcionado, un lector aprovechó un chat para preguntarle a Rowling al respecto. La escritora se deshizo en disculpas, y lo cierto es que había abandonado la idea de un mago tardío porque no le encajaba con el resto de la historia. ¿Se trataría de Petunia definitivamente o sería otro? No queremos ni pensar qué hubiese sido de los bulldogs si tía Marge aprendiese unos hechizos de mascotas. Mejor no averiguarlo.
DUDLEY
Los libros nunca han explicado qué hizo con la cola de cerdo que le brotó en el primer libro, después de su encuentro con Hagrid, pero la respuesta está de nuevo en las entrevistas: se la amputaron en un hospital privado, y mucho tuvieron que pagar los Dursley para que los médicos muggles no hiciesen preguntas comprometidas.
Su transformación comenzó al ser atacado por un dementor, y fue cuando se vio realmente cómo era: un chico egoísta y desagradable que trataba injustamente a su primo. Los muggles no pueden ver a los dementores, pero sí sentirlos. La lección que aprendió Dudley le serviría para cambiar su relación con Harry y hasta servirle té por las mañanas, en un gesto que fue muy malinterpretado.
Rowling disfruta mucho escribiendo los diálogos de Dudley, un personaje que refleja bien la conducta actual de los adolescentes británicos.
La traidora del Ejército de Dumbledore, la misma Ravenclaw que reveló toda la información a Dolores Umbridge, nunca se curó completamente del maleficio de granos que Hermione le habría preparado. Si bien algunas marcas desaparecieron, quedaron cicatrices para recordarle su traición. J. K. Rowling no simpatiza nada con los desleales, a juzgar por cómo los ha tratado en la saga: Peter Pettigrew, el traidor con mayúsculas, encontró la muerte con su propia mano, el precio de engañar a tus mejores amigos por un beneficio egoísta.
Años antes de la publicación de Harry Potter y la Orden del Fénix, algunos fans ya conocían el apellido de soltera de Lily gracias a un chat con Rowling. ¿Cómo no iban a saltar las alarmas si aparecía un misterioso Mark Evans en el vecindario de Little Whinging? Una de las teorías más
respaldadas afirmaba que Mark era un primo desconocido de Harry y Dudley, que a sus diez años todavía no sabía que era mago y en la selección de Hogwarts de 1996-1997 lo descubriríamos en el Gran Salón. Nada de esto ocurrió: Mark Evans era un simple niño muggle sin relación con Lily y Petunia Evans, y su apellido era la comprensible coincidencia de un apellido común. Rowling bromeó con abandonar el país cuando se descubrió el secreto, con tal de evitar la horda de fans furiosos. Ella misma había alimentado los rumores al comprometerse a responder a la pregunta semanas antes. Cuando lo hizo, la expectación era tal que nadie podía imaginar una explicación tan simple; desde entonces las coincidencias de nombres se estudian con lupa.
Dursley no vive ajena al mundo mágico, y lejos de contentarse con sus contribuciones a la Orden del Fénix se gana la vida con un próspero negocio de crianza de kneazles, las criaturas mágicas con aspecto de gatos pero mucho más inteligentes. De hecho sus mascotas no son gatos, sino kneazles. Si te preguntabas por qué Crookshanks es tan listo ya tienes la respuesta: es un cruce de los dos animales. Y si te preguntas qué es un kneazle… ¡corre a leer Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos!
Un olor característico
Cuando Harry entró en la tienda de campaña que el señor Perkins (compañero de trabajo de Arthur) había prestado a los Weasley, su olor le recordó a la casa de la señora Figg. En un universo como el creado por J. K. Rowling ningún dato se da por casualidad, y no hay que descartar que Perkins y Figg se conozcan, ¡e incluso que viviesen juntos! Sí, el apellido de Arabella no encaja en la idea, pero ¿y si se tratase de la primera pareja divorciada de la saga? Los dos viven solos, por si no advertiste que el señor Perkins asistía sin compañía a la boda de Bill y Fleur. Rowling escribió el primer libro después de su divorcio. No hay razón para pensar que estas cosas no sucedan también en el mundo de los magos, sobre todo cuando la escritora procura darle tanto realismo. Existen malos tratos, relaciones homosexuales y romances entre distintas razas. ¿Por qué no iban a existir los divorcios en la ley mágica?
Por un desliz de J. K. Rowling, durante dos libros se le describió en el mismo año académico. ¿Error o repetición? Un poco de ambos. Consciente de su descuido, la escritora lo solucionó de un modo que no requería corrección: hizo que Marcus Flint, buscador de Slytherin, repitiese curso. Los alumnos no sólo pueden abandonar la escuela antes de tiempo o ser expulsados: gracias a un simple error de cálculo también sabemos que si no aprueban las asignaturas suficientes, pueden tener que repetir el año.
El año extra en Hogwarts de este Slytherin no pasó desapercibido a los editores de Rowling, que desde entonces llaman «flints» a los errores de manuscritos.
El jefe de Ravenclaw no es un elfo, a pesar del aspecto que le dan en las películas. Es un hombre de corta estatura, aspecto que debe a un ancestro duende en su árbol genealógico del que no le queda más rasgo físico que su diminuto tamaño. Su historia se suprimió en favor de la de Hagrid, el otro mestizo del profesorado. ¿Qué hubiese hecho Umbridge de conocer el secreto de Flitwick? Su destino, posiblemente, habría sido parecido al del guardabosques.
Lo último que supo Harry del heladero del Callejón Diagon es que había desaparecido sin dejar rastro, presumiblemente atacado por los mortífagos. Rowling confirmó que había sido asesinado, aunque su historia nunca se conocerá al completo: posible descendiente del ex director de Hogwarts Dexter Fortescue, Florean podría tener algo que ver con la Varita de Saúco y la historia del colegio. Tendremos que esperar al próximo libro para averiguar qué relación les unía.
Su personalidad tiene parte de rigor histórico, siendo una caricatura de un primer ministro británico de la primera mitad del siglo XX. Se trata de Neville Chamberlain (1937-1940), que siempre será recordado por sus políticas de apaciguamiento y manipulación para hacer creer a la sociedad que Adolf Hitler no suponía ningún peligro (hasta que fue demasiado tarde…). Lo mismo sucede con Cornelius, que con tal de salvar su puesto ocultó por demasiado tiempo los ataques que se estaban sucediendo en el país.
También conocemos algunos datos de la familia de Cornelius: está casado y tiene un sobrino llamado Rufus, que de acuerdo con El Diario El Profeta no es el mejor ejemplo de su tío. Cuando ingresó en el Departamento del Uso Inapropiado de la Magia a nadie le importó que hubiese hecho desaparecer un vagón de metro meses antes, a raíz de una apuesta. ¡Son las ventajas de estar bien relacionado!
Hija de muggles dentistas, sus padres se han mantenido al margen de la historia durante los siete libros. Rowling incluso planeó darle una hermana pequeña que hubiese sido muggle como los padres, pero desechó la idea. Después de todo, ¿quién se preocupa por los Granger?
El papel de su familia fue reduciéndose a medida que Rowling completaba el primer manuscrito. Originariamente los Granger vivían cerca de los Potter, y en unos de los borradores era el señor Granger quien descubría la casa destruida tras la explosión. Todas esas ideas fueron borradas de un plumazo cuando creó el Valle de Godric.
Un nombre complicado
Los padres quisieron darle un nombre atípico a su niña, aunque la verdadera intención de la escritora era huir de nombres comunes para que las chicas de dientes largos no tuviesen apodos en los colegios, un ejemplo claro de lo segura que estaba Rowling de que su libro iba a triunfar, aunque lo niegue. ¿Por qué iba a temer que «Hermione» se emplease como apodo si no confiaba en que leyesen su obra?
Hermione se pronuncia «Jer-mái-ou-nii» y proviene de una obra de William Shakespeare titulada Cuento de invierno. La decisión del nombre fue por el esnobismo de los Granger, que querían demostrar su cultura con un nombre atípico e impronunciable.
Hermione también tiene segundo nombre, aunque Rowling lo ha cambiado en cuestión de dos años: en un chat de 2004 dijo que era Jane, el mismo segundo nombre de Umbridge, pero cuando Scrimgeour lee el testamento de Dumbledore en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, descubrimos que cambió de idea, de Jane a Jean. Hermione dejó de compartir nombre con la Alta Inquisidora para compartirlo con Mackenzie, la tercera hija de Rowling, y eso que su escritora favorita es Jane Austen. Existen muy pocas coincidencias entre nombres de parientes de la autora y los personajes, y «Jean» es una de las pocas excepciones. Pese a ser una saga muy coral (aproximadamente unos setecientos personajes), ninguno se llama Jessica, David o Mackenzie (los primeros nombres de sus hijos), ni Neil (como su marido) o Dianne (su hermana). Existen sonoras excepciones, como Ron (que debe su nombre a Ron Ridley, Mr. Ridley, un amigo de la familia al que ella dedica Harry Potter y el Cáliz de Fuego) y el controvertido padre de Rowling, con el que la escritora mantiene una extraña relación desde la muerte de su madre. Peter James Rowling da su nombre a dos personajes totalmente contrapuestos, Peter Pettigrew y James Potter, una amistad que acabó en traición.
Rowling, que reconoce escoger a conciencia los nombres de sus personajes, puede no haber superado del todo que su padre contrajese segundas nupcias poco después de morir su primera mujer.
El apellido de Hermione también tiene miga; no siempre se llamó Granger. En los primeros borradores aparece como Hermione Puckle, aunque la escritora lo cambió por uno «menos frívolo». Puckle se emplea en el argot para describir algo extremista, y bien es conocido por todos la obsesión de este personaje con los estudios.
¿Hermione es mayor o menor que Harry?
El cumpleaños de Hermione es el 19 de septiembre, pocas semanas después de comenzar el curso en Hogwarts. Según las normas de la escuela, la edad mínima para ingresar son once años, por lo que si Hermione naciese en el mismo año que Harry habría sido asignada a un curso inferior. Por esa razón Hermione nació un año antes, en 1979, y es seis meses mayor que Ron y diez que Harry. Prueba de ello es que es de las primeras en poder Aparecerse, cuando el requisito mínimo de edad es de diecisiete años.
Este desbarajuste anual, que a nosotros nos puede resultar extraño, no es sólo propio de Hogwarts. Muchas escuelas muggles británicas tienen en cuenta a la hora de separar a sus alumnos en cursos el mes de nacimiento y no el a
ño.
Rodeada de magia
No hay hechizo que se le resista a su varita (madera de vid con nervio de dragón), y nada importa que sea una hija de muggles. Fue de las primeras en conjurar un patronus: una nutria, animal favorito de la autora. Hermione también tiene sus secretos, aunque ahí estará la magia para sonrojarla: ese olor desconocido de la Amortentia que preparó Hermione es de cabello de Ron, y a él se imaginaría abrazada si se contemplase en el Espejo de Oesed. Su amor por el pelirrojo viene de muy lejos, aunque siempre habrá fans que sostengan lo contrario.
La guía secreta de Harry Potter Page 3