La guía secreta de Harry Potter

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La guía secreta de Harry Potter Page 2

by Pablo C. Reyna


  El sexto libro menciona desastres humanos provocados por los mortífagos y gigantes. Este hecho no tendría más relevancia de no ser porque la novela se publicó días después de los atentados de Londres de 2005, cuando la sensibilidad por la seguridad estaba en su punto álgido. Ya era demasiado tarde para modificar el libro, pero en la presentación en Edimburgo Rowling evitó leer el primer capítulo y empezó por el tercero.

  La expectación por el penúltimo capítulo de la saga era tal que incluso se robaron ejemplares de la imprenta, que un guardia de seguridad intentó vender posteriormente a un tabloide británico. El incidente acabó con un tiroteo y el libro a salvo, pero algunos sospechan que cierta información del contenido se filtró cuando las apuestas por la muerte de Dumbledore subieron alarmantemente.

  Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

  El desenlace llegó con un título intraducible (¿quién sabía qué significaban esos Deathly Hallows?), pero Rowling propuso una alternativa a los editores de todo el mundo: Harry Potter and the Relies of Death. No obstante, no fue el primero que la autora tuvo en mente. Años antes ya manejaba Las Reliquias de Hogwarts, como consta en el archivo de patentes de Reino Unido, pero la trama evolucionó y las Reliquias dejaron de ser enteramente de los Fundadores (el Anillo de la Resurrección pasó por la mano de Salazar Slytherin, pero la Capa de la Invisibilidad y la Varita de Saúco tomaron caminos distintos). Precisamente La Varita de Saúco fue uno de los títulos que Rowling barajó hasta el último minuto (de hecho, la idea le surgió mientras se tomaba una ducha antes de su última gran lectura en Nueva York, la que le llevaría a revelar que Dumbledore era homosexual). Otro título fue La Búsqueda de los Peverell, en relación a los primeros poseedores de las Reliquias, pero al final sólo podía quedar uno.

  Para muchos, Las Reliquias de la Muerte iba a ser el libro más largo de la saga, pero la síntesis de El Príncipe Mestizo afectó también a la última entrega. Rowling, que siempre dijo que cada libro de la saga corresponde a un curso en Hogwarts, no convenció con este final que transcurría lejos de los terrenos del castillo, sin clases, exámenes ni aventuras en los pasillos. El libro, que se publicó el 21 de julio de 2007, se esperaba para una fecha distinta: dado que era el séptimo libro, ¿qué mejor día de lanzamiento que el 7 del 7 de 2007? Unos números perfectos para la campaña de marketing que además contaban con dos puntos a favor: la fecha caía en sábado, día de la semana en el que han salido todos los libros de Harry Potter (para que los niños no falten a clase por el lanzamiento), y además era julio, también el mes elegido para las otras entregas. ¡No hubo forma! Bloomsbury y Scholastic desaprovecharon esta fecha tan redonda alegando que necesitaban más tiempo para la edición. Aunque fuese sólo cuestión de dos semanas.

  Este libro también tiene la particularidad de que es el único de la saga que comienza con citas. Corresponden a Las coéforas, de Esquilo, y More fruits of solitude, de William Penn. Rowling tuvo claro que las usaría desde 1998 y no cambió de idea casi diez años después, cuando las editoriales le dieron permiso para su empleo. Estas dos referencias a la muerte pertenecen a dos autores muy distintos: Las coéforas es en realidad una de las tres partes de la Orestíada, escrita en el 458 a. C. por el dramaturgo griego Esquilo; William Penn (1644-1718), sin embargo, fue un inglés fundador de la colonia de Pensilvania, conocido tanto por su dedicación por el Nuevo Mundo como por la militancia religiosa de la que hizo gala en sus escritos. Estos dos autores, tan diferenciados por su época y estilo de vida, tienen en común su obsesión por la muerte.

  Quidditch, animales y bardos

  La estantería pottérica oficial no está completa sin los otros tres títulos de la saga, publicados en distintos intervalos de tiempo. Quidditch a Través de los Tiempos y Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos fueron publicados a la vez, en el verano de 2001, y aprovecharon el parón que la autora se tomó entre el lanzamiento de Harry Potter y el Cáliz de Fuego y Harry Potter y la Orden del Fénix..

  Rowling nunca planeó escribir estos libros hasta que el guionista Richard Curtis (Notthing Hill, Cuatro bodas y un funeral…), fundador de la organización benéfica Comic Relief, le escribió una carta pidiéndole un relato corto que pudiesen utilizar para recaudar fondos. La madre de Harry Potter tenía un serio problema, porque quería colaborar, ¡pero no sabía escribir relatos breves! Así que sintiéndolo mucho, se lanzó al ordenador y escribió no uno, sino dos libros cuyos derechos de autor han beneficiado desde entonces a millones de niños necesitados. Los dos libros incluyen, de hecho, ilustraciones de la propia Rowling, que se quitaba por fin la espinita de cuando Bloomsbury y Scholastic se negaron a emplear sus ilustraciones en Harry Potter y la Piedra Filosofal.

  Afortunadamente, éstos no han sido los últimos libros que la escritora ha escrito para la caridad, y además de pequeños textos como el árbol genealógico de los Black o el relato de los Merodeadores, también se atrevió con Los Cuentos de Beedle el Bardo. La historia de este libro es particular porque en un principio no se planeaba su publicación: Rowling escribió seis ejemplares manuscritos para las personas que habían ayudado a su saga durante la última década (entre los que se contaban editores, agentes…) y como el número siete es el más mágico de su creación, terminó una séptima copia que se subastó por más de dos millones y medio en Londres. Los fans estaban furiosos porque nunca podrían leer esta historia (¿no se suponía que Rowling huía de los lujos y frivolidades de los ricos? Entonces, ¿cómo se explicaba que escribiese un libro que sólo pudiese leer un multimillonario?), pero la sorpresa llegó cuando Amazon.com, la mayor tienda de Internet, anunció que era la ganadora de la puja. Ya no había excusa para no publicarlo, teniendo de su parte al ganador, y un año después se editó el libro para todos los públicos. El libro, para más inri, recaudó más en las librerías de lo que alcanzó en su subasta, y todos los beneficios han ido a parar a CHLG, una asociación cofundada por J. K. Rowling y que vela por los niños necesitados de Europa del Este. ¿Habrá más libros «acompañantes», como se les llama? ¿Podremos leer Hogwarts, Una Historia o la biografía no autorizada de Albus Dumbledore? Por ahora, la autora ya ha prometido que escribirá un libro más inspirado en este universo, aunque no se decide entre una enciclopedia de los datos conocidos (como ha dicho últimamente) o una del material que queda por conocer (según sus declaraciones hasta 2008). Se admiten apuestas.

  Es uno de los personajes que ha sufrido más alteraciones a lo largo de la saga, ya que Rowling igual la ha descrito como hija de muggles que como sangre-pura. Estos cambios, sin más explicación que una mala memoria, han sido solventados de forma salomónica: Hannah es definitivamente mestiza, aunque la decisión la tomó la autora para salir del paso de contradicciones. El muggle de su familia debe de ser un abuelo, ya que tanto su padre (un Abbott, familia de reconocidos magos) como su madre (asesinada en 1996 por los mortífagos) son magos.

  Aunque conocimos algunos nombres por el tapiz de Grimmauld Place en Harry Potter y la Orden del Fénix, el árbol genealógico se completó gracias al dibujo que Rowling realizó para una causa benéfica. Daniel Radcliffe, actor que interpreta a Harry Potter en las películas, fue el ganador de la subasta, y el mismo documento sirvió después para los decorados de Grimmauld Place en la quinta entrega cinematográfica.

  El árbol genealógico arroja mucha luz sobre la historia, e incluso nos muestra el escudo de armas de la familia. Para comprender mejor a los Black, quizás haya que echar mano de la heráldica, que describe sutilmente las características de los residentes de Grimmauld Place. Los dos perros rampantes, por ejemplo, simbolizan el vasallaje y servicio a la causa, que en su caso podría atribuirse a la lucha contra los sangre-sucia. Si encima llevan cadenas, como es el caso, se traduce con mayor ferocidad. El hecho de que la raza de perros sea el galgo no es casualidad. Rowling tiene dos de estos animales: Shappire, la más reciente, fue adoptada de una casa de acogida de galgos de carreras abandonados por sus dueños. Desde 2007 hace compañía a Butch, el otro galgo que custodia la morada de la autora.

  El escudo tamb
ién se compone de una espada, símbolo de justicia y de guerra, y un par de estrellas. Estas, además de describir la constancia en el servicio por la sangre pura, evidencian las referencias astrales en los nombres de casi todos los Black. ¿Pero qué ocurre con el lema familiar, Toujours Purs? Del francés, Siempre puro, no significa que tengan ascendencia gala. Aunque esa teoría no se puede descartar, el lema se escogió en una época en la que el idioma francés estaba de moda entre la clase noble británica.

  Hay algunos cambios respecto al libro: la ramificación sólo llega hasta Phineas Niguellus Black, con sus tres hermanos. Phineas se casó con una sangre-pura, como no podía ser de otra forma, y su apellido Flint ya es conocido en la saga; pertenece a Marcus Flint, un buscador de Slytherin en los años de Harry Potter.

  No es el único que contrae matrimonio con familias conocidas: Cygnus se casa con una Bulstrode, posible pariente de la Slytherin Millicent Bulstrode; Pollux se casa con una Crabbe, que a más de uno le recordará a Vincent. Posiblemente la Lysandra que se casó con Arcturus Black sea tía lejana del mortífago Yaxley, otra familia conocida por su defensa de la pureza de la sangre.

  Pero no todo son apellidos de magos tenebrosos, y como bien dijo Sirius Black, todas las familias puras están entremezcladas entre sí, ¡aunque signifique casarse con un Weasley! Es el caso de Cedrella, que contrajo matrimonio con Séptimus y le costó el repudio familiar. Hay otros apellidos igualmente conocidos, como los Potter (¿serán los padres de James?), los Longbottom, los Crouch o los Macmillan, que se han dejado conocer en Hogwarts por unas causas más nobles que sus parientes.

  El árbol genealógico también tiene sus extravagancias: los padres de Sirius, Orion y Walburga, eran primos segundos además de marido y mujer. ¿Y quién imaginaría que Cygnus Black II fue padre de Bellatrix con sólo trece años? Esto último fue un error que Rowling subsanó justo antes de que los fundamentalistas estadounidenses la tomasen de nuevo con ella. Claro que después de un director homosexual y una escuela de hechicería, un padre de trece años podría parecer pecata minuta…

  Una familia galáctica

  Tampoco es casualidad que varios miembros de la familia Black reciban su nombre de constelaciones: tal es el caso de Andrómeda, Draco u Orion, padre de Sirius, o de otros parientes como Cygnus (la constelación del Cisne) o Casiopea (que si bien en la mitología es la madre de Andrómeda, en la familia Black sólo se trata de una tía abuela solterona). Rowling reconoció que se trataba de una tradición familiar, pero eso no significa que todos la sigan. De hecho, algunos tienen nombres de estrellas y no de constelaciones, por lo que las declaraciones de la escritora podrían no haber sido del todo exactas. Bellatrix, por ejemplo, es una estrella de la constelación Orion apodada «La Estrella Amazona», y Regulus (o Régulo) es la más brillante de la constelación Leo. Igual sucede con Sirius (Sirio, de la constelación de Can Mayor), Pollux (Pólux, de Géminis) o Arcturus (Arturo, en la constelación Boótes).

  A algunos les alegrará conocer que Draco sí conservó esta curiosa tradición: su hijo, Scorpius, recibe su nombre por la constelación también llamada Escorpio. Curioso que sea precisamente él quien lo haga, cuando su madre Narcisa fue la única de las hermanas cuyo nombre no aparece en los mapas estelares.

  ¿Dónde diantres está la tía Araminta Meliflua?

  Cuando Sirius Black le muestra a Harry el árbol genealógico de su familia en Harry Potter y la Orden del Fénix, menciona rápidamente a algunos de sus parientes más famosos. Phineas Nigellus (ex director de Hogwarts) reaparecería en el último libro, y Elladora (inició la tradición de colgar las cabezas de los elfos domésticos) estuvo presente también en el esquema que Rowling dibujó para la película y la subasta. Sin embargo hay una bruja que aparece en el libro pero no después, y ésa es precisamente Araminta Meliflua. Conocida por su interés en legalizar la caza de muggles, Sirius aseguró que se trataba de una prima de su madre Walburga. No obstante, la lista de primas de Walburga (de acuerdo con el árbol genealógico) es breve: la única prima hermana es Lucretia y, aunque Marius Black podría haber tenido una hija, queda descartada porque su padre era squib y repudiado por los suyos. Sirius se referiría posiblemente a una prima segunda o lejana de la señora Black, y no podemos presumir que su apellido fuese Meliflua: hasta 2007 muchos creyeron que Phineas se apellidaba Nigellus, y fue en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte cuando descubrimos que se trataba de su segundo nombre. Sirius tiene una visión particular de los lazos familiares: a Elladora la llama «querida tía». Elladora, cuando en realidad era su tía tatarabuela y jamás la conoció en vida. ¿Por qué con Araminta Meliflua iba a ser distinto? O eso o que Rowling olvidó incluirla en el dibujo: aunque la segunda posibilidad es más probable, siempre es más divertido imaginar que Sirius era un desastre en lo que a árboles genealógicos se refiere. La autora o él, tú eliges quién cometió el error.

  SIRIUS

  Rebelde sin causa, Sirius quiso vivir tan deprisa que no tuvo tiempo ni para casarse, razón por la que Harry sólo tiene padrino y no madrina. Considerado uno de los personajes más amados de la saga, algunas disfrutarán al saber que sus ojos eran de color gris, dato que no menciona en los libros. Su personalidad, al igual que la de otros personajes, es mucho más de lo que se ve a simple vista: más allá del hombre valiente y temerario, que lucha por sus ideales, hay también un mago que no actúa de acuerdo con sus pensamientos, a juzgar por el modo en que trataba a su elfo doméstico Kreacher. La prisión de Azkaban hizo mella en él e impidió que madurase como una persona normal, siendo encerrado con tan sólo veintidós años.

  Es hijo de Orion y Walburga Black, y hermano de Regulus. Toda su familia apoyó la pureza de sangre y Sirius no tardó en irse de casa para vivir su propia vida, lejos de los ideales que le imponían sus padres. Igual que los demás, Sirius tampoco encontró trabajo formal al terminar su educación en Hogwarts y colaboraba para la Orden del Fénix a tiempo completo gracias a la fortuna de su amigo James, que podía mantenerlos a todos.

  Cuando en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Harry encuentra una carta de Lily en la habitación de Sirius, el libro no explica cómo llegó a Grimmauld Place. Teniendo en cuenta que la carta se escribe años después de que se marchase de casa, debería haber llegado a casa de los abuelos Potter o cualquiera que fuese el hogar de Sirius en 1980, pero la casa de los Black habría sido el último lugar que Lily pondría en el destinatario.

  No podemos culpar a J. K. Rowling por no tener pensados todos los detalles de su gigantesco universo mágico; de hecho, es gracias a estas lagunas que la escritora puede improvisar y permitirse guiños con los fans. Tal es el caso del auror Dawlish, que desde hace años tiene un fan estadounidense llamado John Noe. John es director creativo de una popular web fan y ha recorrido Estados Unidos de este a oeste contando sus experiencias pottéricas. Fue en su honor que Dawlish adoptó su nombre de pila para completar su ya conocido apellido.

  Su muerte cayó como una jarra de agua fría sobre los fans, y no es para menos: este elfo doméstico se había ganado el cariño de todos los lectores gracias a su lealtad inquebrantable o los calcetines de colores. Dobby nació un 28 de junio y comparte cumpleaños con Di, la hermana de Rowling. La edad del elfo la desconocemos por completo, ya que la saga nunca da una pista al respecto: teniendo en cuenta que la esperanza de vida de estas serviciales criaturas es de 200 años, Dobby podría tener un siglo en el momento de morir y seguir pareciendo joven. Ésa podría ser la razón por la que no tiene reparos en traicionar a los Malfoy: si llevaba tantos años trabajando para la Mansión, Lucius y Narcisa sólo habrían sido unos amos más para él. La fidelidad del elfo es a la casa, no a sus señores.

  Un parecido razonable

  Cierto periodista británico bromeó una vez con el parecido entre Dobby el elfo doméstico y Vladimir Putin, primer ministro ruso. Aunque la semejanza sólo se refiere al Dobby de las películas, lo cierto es que a los dos personajes les une un espíritu comunista innegable. No por nada la heroína de J. K. Rowling es Jessica Mitford, una reconocida comunista británica que vivió e
n Estados Unidos hasta el fin de sus días. Su admiración por Mitford es tan grande que bautizó a su primogénita con su nombre con semejante historial no es tan descabellado que Rowling asocie los elfos domésticos (que gracias al P.E.D.D.O. adquieren sus primeros derechos laborales) con el comunismo, y yendo más lejos, con Putin. Los diseñadores de Warner Bros habrían hecho el resto.

  ABERFORTH

  Muchas teorías (y la mayoría no aptas para todos los públicos) se han suscitado a raíz de su detención por realizar «encantamientos inadecuados sobre una cabra». Cuando una niña le preguntó qué había hecho exactamente, Rowling reconoció estar autocensurándose con una respuesta inocente: el delito de Aberforth consistió en un encantamiento para limpiar los cuernos, la respuesta apropiada para una fan de ocho años. Los demás tendremos que esperar para conocer la auténtica razón del procesamiento, porque la escritora admite que hay otra respuesta. Un hombre solitario, una cabra… ¿qué será?

  ALBUS PERCIVAL WULFRIC BRIAN

  Los más temidos secretos de Albus no se revelaron hasta después de su muerte, alterando la imagen de mago blanco que nos habíamos formado durante los seis libros anteriores. Sin embargo fue ese oscuro pasado lo que le hizo más humano, echando a perder todo el trabajo de desacreditación de Rita Skeeter.

  ¿Se enamoró alguna vez?

  El destino de Albus cambió cuando conoció a Gellert Grindelwald, que se convertiría en su «gemelo oscuro». Pero su interés iba más allá de una ambición de poder de la que luego se arrepentiría, ya que lo que movía al futuro director de Hogwarts era el amor. Rowling sorprendió a todos los fans cuando reconoció que el célebre Albus Dumbledore era homosexual; no sólo eso: además se había enamorado de Gellert Grindelwald, quien años después se convertiría en el mago más tenebroso y su digno rival. Sin embargo, la condición sexual del director más querido no le supuso gran problema. Si bien existe homofobia en el mundo mágico, el odio por los sangre-sucia o mestizos es para algunos un pecado todavía más grave. Curiosidad para los cinéfilos: aunque no se supo que Dumbledore era gay hasta finales de 2007, Rowling tuvo que decírselo al guionista años atrás, cuando Kloves quiso incluir referencias a una antigua novia de la juventud. Finalmente la novia desapareció del guión y no se mencionó en la película. ¿Cómo, si nunca hubo alguna?

 

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