La guía secreta de Harry Potter

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La guía secreta de Harry Potter Page 9

by Pablo C. Reyna


  Buscando a los Granger

  Durante los acontecimientos de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, los doctores Granger se encuentran refugiados en Australia bajo un encantamiento de confusión. No se quedaron en las antípodas para siempre, ya que Hermione se encargó de ir en su busca y traerlos de vuelta, con los recuerdos recuperados.

  GINNY Y HARRY

  ¡Chsss! Ginny se casó con Harry, así que adoptó el apellido Potter. Búscala ahí.

  Winky la elfina doméstica

  Gracias a la legión de fans de Winky, la prima de Dobby, conocemos más datos sobre su paradero: siguió trabajando en Hogwarts, aunque nunca pudo recuperarse de su adicción a la cerveza de mantequilla. No sabemos por qué la bebida afecta de un modo tan alarmante a los elfos domésticos, porque el trío ya podía beber esta célebre cerveza cuando tenía sólo trece años sin sufrir ningún efecto secundario (y presumiendo que no llevaba alcohol, o de lo contrario la mitad de los alumnos volverían borrachos de sus excursiones a Hogsmeade).

  Las criaturas son una parte importante de la saga, y algunas, como Hedwig o Dobby, han arrancado varias lágrimas a los lectores que presenciaron sus muertes. Rowling ha inventado muchos de los animales de su bestiario (como los dementores o el occamy) pero también se ha inspirado en parte de la mitología griega, germana y escandinava. Newt Scamander hizo un excelente trabajo reuniendo muchas descripciones en Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, pero todavía queda mucho por contar.

  Al igual que la mitad del bestiario mágico, los centauros son criaturas mágicas del folklore que Rowling ha reciclado para sus libros, dándoles unos atributos nuevos pero sin renunciar a algunas de sus características ancestrales. Los centauros de la saga son seres inteligentes, independientes, que prefieren vivir alejados de los magos. Provienen de Grecia y algunos creen que fueron ellos los que plantaron y extendieron el Bosque Prohibido, actualmente dentro de los terrenos de Hogwarts. No hay centauros hembra, aunque Rowling no explica cómo se reproducen. ¿O es que no se reproducen, y los centauros de hoy son los mismos que hace miles de años? De ser así, la siguiente duda es cómo llegaron los primeros al mundo. Quizá se trate de un cruce entre humanos y caballos mágicos, que al igual que sucede con los caballos y asnos, sus vástagos son infértiles. Eso explicaría su aspecto de mitad humano mitad caballo, a la vez que su impedimento de reproducción. ¡Teorías retorcidas para enigmas enrevesados!

  La mitología griega tampoco ha sido justa con los centauros hembra, más conocidas como centáurides. Las primeras referencias artísticas son del siglo IV a. C., mucho después que sus compañeros machos.

  Su repercusión cultural es tan menor que Rowling no las tuvo en cuenta cuando creó su historia.

  Son bien conocidas las desavenencias entre los magos y los centauros, que afortunadamente viven sin molestarse, pero no siempre fue así: el Ministro de Magia Faris Spavin, en el cargo entre 1895 y 1903, sufrió un intento de asesinato por uno de estos centauros. No sabemos qué le haría al cuatro patas, pero teniendo en cuenta lo atinada que es Rowling escogiendo los nombres de sus personajes, no se puede presagiar nada bueno: Faris es un nombre árabe que significa «jinete» (con lo poco que les gusta a los centauros que les monten encima), mientras que Spavin proviene del inglés, refiriéndose a una enfermedad que tienen los caballos en los huesos. Faris Spavin, apodado «Pitorro», debió de ser para los centauros peor que un dolor de muelas.

  La idea de estos seres tenebrosos surgió en una de las épocas más depresivas de la vida de J. K. Rowling y representan todo lo que ella sintió en sus peores momentos, cuando se encontraba sin trabajo y con un bebé al que cuidar. Los dementores son criaturas putrefactas que (¡por suerte!) no pueden reproducirse, pero eso no evita que se multipliquen en los lugares donde crece la desesperación. No tienen problemas en vivir en zonas tropicales (por si alguien creía que podía librarse de ellos en el Caribe), aunque con un clima como el británico no es de extrañar que se muevan entre la niebla como pez en el agua. Desde que Kingsley Shacklebolt es Ministro de Magia en 1998, los dementores no han vuelto a custodiar Azkaban.

  Forman parte de su bestiario, pero también del lema de Hogwarts o los cuños de las monedas de Gringotts. Lo quieran o no, los magos y las brujas viven a la sombra del influjo de los dragones.

  Los doce usos de la sangre de dragón

  Uno de los mayores misterios de la saga son los doce usos de la sangre de dragón descubiertos por Albus Dumbledore, de los que sólo conocemos los más inocentes. Cuando Warner Bros le pidió la lista a Rowling para decorar una de las pizarras de las películas, la escritora se negó en redondo porque decía tener una buena razón para ocultarlo. Con semejante reacción era de sospechar que la sangre iba a tener relevancia en el desenlace de la saga, pero al llegar a la última página sigue sin revelarlos. ¿Quizás uno de sus usos sea destruir horcruxes, un término que todavía no había aparecido con las primeras películas y por esa razón Rowling quería mantenerlo en secreto? Casi podemos descartar esta opción, y es que Hermione sí conocía los doce usos de la sangre de dragón desde el primer libro. No se menciona en el texto, pero si se revisa la sinopsis que Rowling envió a las editoriales para que le publicasen el libro, reproducida hoy en su página web, queda probado que la hija de muggles estaba al tanto del descubrimiento de Dumbledore. Cuesta creer que la destrucción de horcruxes fuese uno de sus usos y que ella lo olvidase en los acontecimientos de 1997.

  Un dragón catalán

  Es posible que Rowling fuera influenciada por la leyenda de san Jorge y el dragón, porque entre sus manuscritos aparece el dibujo de una nueva raza dra-gonil llamada Bola de Fuego Catalán. La escritora renunció a esta especie española a favor de China, que tuvo su propio «Bola de Fuego». El motivo del cambio se desconoce, pero quizá tenga que ver con la desproporción de razas de dragón europeas respecto al resto del mundo. No es el único dragón que quedó en el cajón: también desapareció el Hocilargo Portugués, que cedió su nombre al Hocilargo Ucraniano, un poco más alejado del epicentro británico.

  Rumania, por su parte, se ha declarado refugio de los dragones. Lo que los lectores no saben es que esta devoción por los exhala-fuegos es muy reciente, ya que el santuario donde trabaja Charlie no fue fundado hasta el siglo XX por Harvey Ridgebit (1881 - 1973), quien además puede presumir de haber capturado el primer ejemplar de Vipertooth Peruano (un poco lejos, eso sí). Sobre cómo logró trasladar su dragón desde América del Sur hasta el este de Europa no se sabe nada, pero las cordilleras rumanas son un lugar perfecto para ocultar estas gigantescas criaturas.

  Su aspecto les procura una imagen de seres peligrosos y desconfiados, pero la historia mágica ha puesto todo su empeño en que así sea: maltratados por magos y brujas, los duendes han sido privados de emplear varitas a pesar de ser seres tan racionales como los humanos. ¿Cómo iban a dejar a su cargo el dinero mágico, si no creen en su talento y honradez? La demagogia con los duendes es similar a la de los elfos domésticos, con la diferencia de que los primeros sí exigen unos derechos justos.

  El parecido entre estas dos criaturas es sólo físico, y no han faltado leyendas que lo exageren. Algunos historiadores creen que un duende llamado Vargot (fallecido en 1762) era en realidad un elfo, pero podría tratarse de un plan más de desacreditación de los magos.

  La historia de los duendes está marcada por la persecución, o si no que se lo digan a Yardley Platt (1446-1557), un mago famoso por ser asesino en serie de duendes. Las revueltas han sido comunes en los últimos siglos y les ha servido cualquier excusa para sublevarse. Entre los magos no sólo han tenido detractores, sino también figuras que les han apoyado sin reservas, como es el caso de Oswald Beamish (1850-1932). ¿Pasará Kingsley Shacklebolt a la historia por ser el primer Ministro de Magia en concederles la esperada igualdad de derechos?

  ¿Duendes, gnomos o goblins?

  Las traducciones oficiales mantienen contradicciones sobre el nombre de estas criaturas, ya que han sido llamadas duendes, gnomos y goblins indistintamente. «Goblin» sería un término correcto, aunque es
el original en inglés. La traducción más adecuada es «Duende». «Gnomo», al contrario, no tiene nada que ver: el término se emplea para referirse a los molestos animales de jardín, que no tienen uso de razón y pueden ser erradicados con un buen gnomicida.

  Aunque escaso, los elfos también poseen el don de la magia. Sus propiedades son distintas y les permiten hacer cosas privadas a los magos, como Aparecerse en los terrenos de Hogwarts o dentro de la Mansión Malfoy. Todo esto tiene su razón de ser: como criaturas esclavizadas, cuanto menos se les vea mejor. Forma parte de la cuestionable moral de los magos, que aceptan que los elfos domésticos trabajen sin descanso pero prefieren no ser testigos de ello. En 1973 se retiró la Moción Contra la Esclavitud de los Elfos Domésticos, lo que ha dado más campo a los magos para someterlos a su voluntad (al menos hasta que Hermione pueda detenerlos, claro).

  Entre las peculiaridades de los elfos domésticos destaca su esperanza de vida (alrededor de 200 años), siempre y cuando su amo no les ordene que se suiciden (pueden hacerlo, ¡por cruel que parezca!). Se reproducen con poca asiduidad y con permiso de sus dueños, y su fidelidad es mayor a la casa que a los humanos que la habitan, lo cual explica que Kreacher prefiriese traicionar a Sirius que al retrato de la señora Black. A juzgar por el encarcelamiento de Hookey, la elfina doméstica de Hepzibah Smith, los elfos también pueden ser enviados a Azkaban. Rowling podría haber evitado crear así una prisión exclusiva para los elfos domésticos, ¿pero es coherente que los magos compartan cárcel con otras criaturas, cuando ni siquiera las consideran personas? El interrogante es todavía más amplio: si los magos no les conceden derechos por no aceptar la voluntad de los elfos, ¿cómo pueden aceptar que un elfo tenga voluntad para cometer un crimen? Un capítulo más de la hipocresía de los magos.

  Tienen el aspecto de un humano, pero en unas proporciones mucho mayores. Su conducta es agresiva (de hecho, también los hay caníbales entre los de su especie) y tienden a vivir en clanes, siempre gobernados por un gigante macho al que llaman Gurg. Los de J. K. Rowling difieren muy poco de los de los cuentos populares, y no hay ni un atisbo de magia en ellos. Algunos gigantes históricos también aparecen en las páginas de los libros de magia, como el bíblico Goliat, el homérico Cíclope o el artúrico Morholt. No faltan los cazadores de gigantes, entre los que destacó Gifford Ollerton en el siglo XV. El Ministerio de Magia tomó en los ochenta una decisión muy criticada: ocultar a los gigantes que habían sobrevivido a la guerra. Desde entonces han permanecido lejos no sólo de los muggles, sino también de los magos.

  ¿Criaturas mágicas o muggles muy grandes?

  La zoomagia no profundiza en el asunto de qué criaturas son mágicas y cuáles no. El requisito más obvio sería que tengan alguna propiedad mágica, por aburrida que fuese, pero en los gigantes no encontramos ni una mota de magia. ¿Qué es lo que les hace criaturas mágicas y no hombres gigantes? Su conducta no responde necesariamente a una raza, sino a un modo de vida (igual que el de algunas tribus indígenas muggles) y el hecho de que fuesen humanos respondería a interrogantes de por qué el señor Hagrid pudo tener un hijo con la giganta Fridwulfa. Es posible que los magos se extralimiten en su campo de actuación, y hayan considerado criaturas mágicas a algunas que no deberían serlo. El problema es que es demasiado tarde para cambiar de decisión, ya que no pueden dejar de vigilar a los gigantes en estos tiempos. Su posible descuido habría convertido en una responsabilidad el cuidado (y contención) de esos muggles tan grandes.

  Cuando Electronic Arts necesitó una criatura especial para las escenas del Bosque Prohibido, Rowling no lo dudó y echó mano de la mitología inglesa en busca de un espíritu con forma de can (Charlotte Bronté ya lo había hecho antes, en Jane Eyre). Aunque los libros no lo mencionan, el gytrash es un perro fantasmal que merodea en los bosques. No siempre son peligrosos: algunos incluso guían a los viajeros extraviados. También se transforman en caballos y vacas, por lo que es más difícil detectarlos. En el videojuego bastaba un simple hechizo Lumos para ahuyentar a esta criatura espectral.

  A pesar de su nombre (que parece sinónimo de «brujas») las hechiceras son unas criaturas mágicas que se dejan ver a menudo entre los magos, gracias a su apariencia humanoide, pero que apenas han tenido espacio en las aventuras de Harry Potter. Se las distingue por los cuatro dedos de cada pie, y su magia es rudimentaria. Son lo más parecido a las brujas malvadas de los cuentos de hadas, pero por más que algunos insistan no se comen a los niños: los adultos muggles recurren a su leyenda para asustar a los más pequeños, sin imaginar que las hechiceras existen de verdad en el mundo mágico.

  Tratándose de J. K. Rowling, defensora a ultranza de las segundas oportunidades, no es extraño que las hechiceras tengan una ocasión de resociabilizarse: la bruja Honoria Nutcombe (1665-1743) es conocida por crear la Sociedad para la Reforma de las Hechiceras. El mismo título de la institución lo reconoce: reforma. ¿Qué malos hábitos serán los que tendrán que dejar de lado?

  Podemos conocer más sobre sus costumbres a través de algunas hechiceras famosas, como Babayaga (conocida no sólo en el mundo de Harry Potter, sino también en el folklore ruso) o Meladora Grymm, cuyo apellido es sin duda un homenaje a los Hermanos Grimm: Meladora es la bruja del cuento de Blancanieves. ¡Y pensar que Ron no conocía el cuento! Es natural, teniendo en cuenta que la hechicera de la historia tenía nombre propio y era además de carne y hueso.

  Otra hechicera que Rowling ha actualizado para su historia es Leticia Somnolens, más conocida como la madrastra de la Bella Durmiente. El apellido proviene de otra palabra, Somnolence, que hace referencia al estado de somnolencia. La escritora no sólo toma prestados personajes de los cuentos de hadas, sino que los readapta y hasta rebautiza, más acordes con su mundo.

  Más suerte tuvo Cordelia Misericordia (1298 - 1401), que formó parte del concilio de los magos del siglo XIV. Las hechiceras no han estado siempre perseguidas, y éste es un buen ejemplo de su papel participativo en la Historia de la magia. Por desgracia, su magia elemental no les permitiría asistir a Hogwarts, y a pesar de su aspecto, ni siquiera son brujas. No son brujas porque ni siquiera son humanas.

  Desde que se publicó el primer libro de Harry Potter, la popularidad de las lechuzas ha aumentado año tras año. Tanto que la misma Rowling se preocupó por esta moda, que le llevó a pedir a sus fans que no las tomasen como mascotas sólo porque aparezcan en su saga.

  Rowling no es una escritora que deje los detalles en el aire y tiene pensadas las razas de cada una de las lechuzas de los protagonistas: Pidwidgeon es un scops, característico por sus orejas salientes; Errol es un cárabo lapón, de cabeza redondeada y originaria de bosques fríos; Hedwig, por su parte, es un búho nival, la única lechuza de esta especie en todo Hogwarts. Quien lamente la muerte de la mascota de Harry debe saber que en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte le aguardaba una línea argumental que finalmente quedó descartada: se suponía que durante el primer partido de Quidditch celebrado en Harry Potter y la Piedra Filosofal iba a ser ella quien capturase la snitch con el pico, por lo que seis años después Harry la necesitaría para encontrar la Piedra de la Resurrección que se encontraba en su interior. A la editora de Rowling no le gustó la idea y la escritora tuvo que buscar otra forma original de resolver el problema: una captura con la boca. Posiblemente Madame Hooch no hubiese aceptado la captura de Hedwig a favor de Gryffindor, pero no se le puede negar el esfuerzo y la capacidad de tener planeados los detalles más mínimos del desenlace incluso con una década de antelación.

  No os dejéis engañar: a pesar de que Peeves se mueva entre fantasmas (o huya de cierto Barón Sanguinario) no es uno de ellos. Él es un poltergeist, lo que significa que nunca ha estado vivo. Rowling lo describe como un «espíritu del caos», lo cual encaja muy bien en la tradición germana de esta criatura. El poltergeist disfruta molestando a los que le rodean y nunca se da por vencido. De hecho, Peeves es indestructible, así que lo mejor que pueden hacer los profesores de Hogwarts es llevarse bien con él. Dumbledore era especialmente bueno calmándolo, aunque como último recurso siempre se p
uede pedir ayuda al fantasma de Slytherin.

  El poltergeist es una criatura muy recurrida en el cine: Pegajoso, en Los Cazafantasmas, es el perfecto prototipo de criatura no humana que disfruta provocando desastres. Menos divertidos y mucho más peligrosos eran los espíritus de Poltergeist, aunque por suerte Peeves nunca llegó tan lejos.

  Originarios de Europa del Este, los vampiros no son criaturas propiamente dichas, sino humanos transformados. Sufren una persecución parecida a la de los licántropos, lo cual les ha llevado a unirse en la Asociación de Tolerancia a los Vampiros. Sir Herbet Varney (1858-1889) y Vlad el Empalador (1390- ¿?) son buenos ejemplos de la leyenda negra de los vampiros, pero no todos tienen mala fama: Sanguini, por ejemplo, es recibido en la fiesta de Slughorn (Harry Potter y el Príncipe Mestizo) con todos los honores, y el cantante medio-vampiro Lorcan D’Eath triunfa en el mundo de la música. Con este último ejemplo, la pregunta es obligatoria: ¿qué significa ser medio-vampiro en el mundo mágico creado por J. K. Rowling, con unas reglas propias? En algunas películas y libros, los medio-vampiros son los hijos de humanos con vampiros, aunque también pueden ser fruto de una humana que ha sido mordida durante el embarazo. El folklore los bautiza como dhampiros, y sus poderes son inferiores a los de los vampiros. La saga ha sido muy poco explícita sobre las causas que provocan esta terrible enfermedad, así que podría tratarse de cualquier opción. ¿Será el caso de Lorcan?

 

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