by Pablo Neruda
you had no Party, no country.
And now walking at my side
you see that life goes with me
and that behind us is death.
Now you can’t dance any more
with your silk dress in the ballroom.
You’ll wear out your shoes,
but you’ll grow on the march.
You have to walk on thorns
leaving little drops of blood.
Kiss me again, beloved.
Clean that gun, comrade.
NO SÓLO EL FUEGO
Ay sí, recuerdo,
ay tus ojos cerrados
como llenos por dentro de luz negra,
todo tu cuerpo como una mano abierta,
como un racimo blanco de la luna,
y el éxtasis,
cuando nos mata un rayo,
cuando un puñal nos hiere en las raíces
y nos rompe una luz la cabellera,
y cuando
vamos de nuevo
volviendo a la vida,
como si del océano saliéramos,
como si del naufragio
volviéramos heridos
entre las piedras y las algas rojas.
Pero
hay otros recuerdos,
no solo flores del incendio
sino pequeños brotes
que aparecen de pronto
cuando voy en los trenes
o en las calles.
Te veo
lavando mis pañuelos,
colgando en la ventana
mis calcetines rotos,
tu figura en que todo,
todo el placer como una llamarada
cayó sin destruirte,
de nuevo,
mujercita
de cada día,
de nuevo ser humano,
humildemente humano,
soberbiamente pobre,
como tienes que ser para que seas
no la rápida rosa
que la ceniza del amor deshace
sino toda la vida,
toda la vida con jabón y agujas,
con el aroma que amo
de la cocina que tal vez no tendremos
y en que tu mano entre las papas fritas
y tu boca cantando en invierno
mientras llega el asado
serían para mí la permanencia
de la felicidad sobre la tierra.
Ay vida mía,
no sólo el fuego entre nosotros arde
sino toda la vida,
la simple historia,
el simple amor
de una mujer y un hombre
parecidos a todos.
NOT ONLY THE FIRE
Ah yes, I remember,
ah your closed eyes
as if filled from within with black light,
your whole body like an open hand,
like a white cluster from the moon,
and the ecstacy,
when a lightningbolt kills us,
when a dagger wounds us in the roots,
and a light strikes our hair,
and when
again we gradually
return to life,
as if we emerged from the ocean,
as if from the shipwreck
we returned wounded
among the stones and the red seaweed.
But
there are other memories,
not only flowers from the fire
but little sprouts
that suddenly appear
when I go on trains
or in the streets.
I see you
washing my handkerchiefs,
hanging at the window
my worn-out socks,
your figure on which everything,
all pleasure like a flare-up,
fell without destroying you,
again,
little wife
of every day,
again a human being,
humbly human,
proudly poor,
as you have to be in order to be
not the swift rose
that love’s ash dissolves
but all of life,
all of life with soap and needles,
with the smell that I love
of the kitchen that perhaps we shall not have
and in which your hand among the fried potatoes
and your mouth singing in the winter
until the roast arrives
would be for me the permanence
of happiness on earth.
Ah my life,
it is not only the fire that burns between us
but all of life,
the simple story,
the simple love
of a woman and a man
like everyone.
LA MUERTA
Si de pronto no existes,
si de pronto no vives,
yo seguiré viviendo.
No me atrevo,
no me atrevo a escribirlo,
si te mueres.
Yo seguiré viviendo.
Porque donde no tiene voz un hombre
allí, mi voz.
Donde los negros sean apaleados,
yo no puedo estar muerto.
Cuando entren en la cárcel mis hermanos
entraré yo con ellos.
Cuando la victoria,
no mi victoria
sino la gran victoria
llegue,
aunque esté mudo debo hablar:
yo la veré llegar aunque esté ciego.
No, perdóname.
Si tú no vives,
si tú, querida, amor mío,
si tú
te has muerto,
todas las hojas caerán en mi pecho,
lloverá sobre mi alma noche y día,
la nieve quemará mi corazón,
andaré con frío y fuego y muerte y nieve,
mis pies querrán marchar hacia donde tú duermes,
pero
seguiré vivo,
porque tú me quisiste sobre todas las cosas
indomable,
y, amor, porque tú sabes que soy no sólo un hombre
sino todos los hombres.
THE DEAD WOMAN
If suddenly you do not exist,
if suddenly you are not living,
I shall go on living.
I do not dare,
I do not dare to write it,
if you die.
I shall go on living.
Because where a man has no voice,
there, my voice.
Where blacks are beaten,
I can not be dead.
When my brothers go to jail
I shall go with them.
When victory,
not my victory
but the great victory
arrives,
even though I am mute I must speak:
I shall see it come even though I am blind.
No, forgive me.
If you are not living,
if you, beloved, my love,
if you
have died,
all the leaves will fall on my breast,
it will rain upon my soul night and day,
the snow will burn my heart,
I shall walk with cold and fire and death and snow,
my feet will want to march toward where you sleep,
but
I shall go on living,
because you wanted me to be, above all things,
untamable,
and, love, because you know that I am not just one man
but all men.
PEQUEÑA AMÉRICA
Cuando miro la forma
de América en el mapa,
amor, a ti te veo:
las alturas del cobre en tu cabeza,
tus pechos, trigo y nieve,
tu cintura delgada,
veloces nís que palpitan, dulces
colinas y praderas
y en el frío
del sur tus pies terminan
su geografía de oro duplicado.
Amor, cuando te toco
no sólo han recorrido
mis manos tu delicia
sino ramas y tierras, frutas y agua,
la primavera que amo,
la luna del desierto, el pecho
de la paloma salvaje,
la suavidad de las piedras gastadas
por las aguas del mar o de los ríos
y la espesura roja
del matorral en donde
la sed y el hambre acechan.
Y así mi patria extensa me recibe,
pequeña América, en tu cuerpo.
Aún más, cuando te veo recostada
veo en tu piel, en tu color de avena,
la nacionalidad de mi cariño.
Porque desde tus hombros
el cortador de caña
de Cuba abrasadora
me mira, lleno de sudor oscuro,
y desde tu garganta
Pescadores que tiemblan
en las húmedas casas de la orilla
me cantan su secreto.
Y así a lo largo de tu cuerpo,
pequeña América adorada,
las tierras y los pueblos
interrumpen mis besos
y tu belleza entonces
no sólo enciende el fuego
que arde sin consumirse entre nosotros
sino que con tu amor me está llamando
y a través de tu vida
me está dando la vida que me falta
y al sabor de tu amor se agrega el barro,
el beso de la tierra que me aguarda.
LITTLE AMERICA
When I look at the shape
of America on the map,
my love, it is you I see:
the heights of copper on your head,
your breasts, wheat and snow,
your slender waist,
swift throbbing rivers, sweet
hills and meadows
and in the cold of the south your feet end
its geography of duplicated gold.
Love, when I touch you
not only have my hands
explored your delight
but boughs and lands, fruits and water,
the springtime that I love,
the desert moon, the breast
of the wild dove,
the smoothness of stones worn away
by the waters of the sea or the rivers
and the red thickness
of the bush where
thirst and hunger lie in wait.
And thus my spacious country welcomes me,
little America, in your body.
Still more, when I see you lying down
I see in your skin, in your oaten color,
the nationality of my affection.
Because from your shoulders
the cane cutter
of blazing Cuba
looks at me, covered with dark sweat,
and from your throat
fishermen who tremble
in the damp houses of the shore
sing to me their secret.
And so along your body,
little adored America,
the lands and the peoples
interrupt my kisses
and your beauty then
not only lights the fire
that burns unquenched among us
but with your love it is calling to me
and across your life
it is giving me the life that I lack
and to the taste of your love is added the
the kiss of the earth that waits for me.
ODA Y GERMINACIONES
1
El sabor de tu boca y el color de tu piel,
piel, boca, fruta mía de estos días veloces,
dímelo, fueron sin cesar a tu lado
por años y por viajes y por lunas y soles
y tierra y llanto y lluvia y alegría
o sólo ahora, sólo
salen de tus raíces
como a la tierra seca el agua trae
germinaciones que no conocía,
o a los labios del cántaro olvidado
sube en el agua el gusto de la tierra?
No sé, no me lo digas, no lo sabes.
Nadie sabe estas cosas.
Pero acercando todos mis sentidos
a la luz de tu piel, desapareces,
te fundes como el ácido
aroma de una fruta
y el calor de un camino,
el olor del maíz que se desgrana,
la madreselva de la tarde pura,
los nombres de la tierra polvorienta,
el perfume infinito de la patria:
magnolia y matorral, sangre y harina,
galope de caballos,
la luna polvorienta de la aldea,
el pan recién nacido:
ay todo de tu piel vuelve a mi boca,
vuelve a mi corazón, vuelve a mi cuerpo,
y vuelvo a ser contigo
la tierra que tú eres:
eres en mí profunda primavera:
vuelvo a saber en ti cómo germino.
2
Años tuyos que yo debí sentir
crecer cerca de mí como racimos
hasta que hubieras visto cómo el sol y la tierra
a mis manos de piedra te hubieran destinado,
hasta que uva con uva hubieras hecho
cantar en mis venas el vino.
El viento o el caballo
desviándose pudieron
hacer que yo pasara por tu infancia,
el mismo cielo has visto cada día,
el mismo barro del invierno oscuro,
la enramada sin fin de los ciruelos
y su dulzura de color morado.
Sólo algunos kilómetros de noche,
las distancias mojadas
de la aurora campestre,
un puñado de tierra nos separó, los muros
transparentes
que no cruzamos, para que la vida,
después, pusiera todos
los mares y la tierra
entre nosotros, y nos acercáramos
a pesar del espacio,
paso a paso buscándonos,
de un océano a otro,
hasta que vi que el cielo se incendiaba
y volaba en la luz tu cabellera
y llegaste a mis besos con el fuego
de un desencadenado meteoro
y al fundirte en mi sangre, la dulzura
del ciruelo salvaje
de nuestra infancia recibí en mi boca,
y te apreté a mi pecho como
si la tierra y la vida recobrara.
3
Mi muchacha salvaje, hemos tenido
que recobrar el tiempo
y marchar hacia atrás, en la distancia
de nuestras vidas, beso a beso,
recogiendo de un sitio lo que dimos
sin alegría, descubriendo en otro
el camino secreto
que iba acercando tus pies a los míos,
y así bajo mi boca
vuelves a ver la planta insatisfecha
de tu vida alargando sus raíces
hacia mi corazón que te esperaba.
Y una a una las noches
entre nuestras ciudades separadas
se agregan a la noche que nos une.
La luz de cada día,
su llama o su reposo,
nos entregan, sacándolos del tiempo,
y así se desentierra
en la sombra o la luz nuestro tesoro,
y así besan la vida nuestros besos:
todo el amor en nuestro amor se encierra:
toda la sed termina en nuestro abrazo.
Aquí estamos al fin frente a frente,
nos hemos encontrado,
no hemos perdido nada.
Nos hemos recorrido labio a labio,
hemos cambiado mil veces
&n
bsp; entre nosotros la muerte y la vida,
todo lo que traíamos
como muertas medallas
lo echamos al fondo del mar,
todo lo que aprendimos
no nos sirvió de nada:
comenzamos de nuevo,
terminamos de nuevo
muerte y vida.
Y aquí sobrevivimos,
puros, con la pureza que nosotros creamos,
más anchos que la tierra que no pudo extraviarnos,
eternos como el fuego que arderá
cuanto dure la vida.
4
Cuando he llegado aquí se detiene mi mano.
Alguien pregunta:—Dime por qué, como las olas
en una misma costa, tus palabras
sin cesar van y vuelven a su cuerpo?
Ella es la sola forma que tú amas?
Y respondo:—Mis manos no se sacian
en ella, mis besos no descansan,
por qué retiraría las palabras
que repiten la huella de su contacto amado,
que se cierran guardando
inútilmente como en la red el agua
la superficie y la temperatura
de la ola más pura de la vida?
Y, amor, tu cuerpo no sólo es la rosa
que en la sombra o la luna se levanta,
no sólo es movimiento a quemadura,
acto de sangre o pétalo del fuego,
sino que para mí tú me has traído
mi territorio, el barro de mi infancia,
las olas de la avena,
la piel redonda de la fruta oscura
que arranqué de la selva,
aroma de maderas y manzanas,
color de agua escondida donde caen
frutos secretos y profundas hojas.
Oh amor, tu cuerpo sube
como una línea pura de vasija
desde la tierra que me reconoce
y cuando te encontraron mis sentidos
tú palpitaste como si cayeran
dentro de ti la lluvia y las semillas.
Ay que me digan cómo
pudiera yo abolirte
y dejar que mis manos sin tu forma
arrancaran el fuego a mis palabras.
Suave mía, reposa
tu cuerpo en estas líneas que te deben
más de lo que me das en tu contacto,
vive en estas palabras y repite
en ellas la dulzura y el incendio,
estremécete en medio de sus sílabas,